¿Qué hay detrás del naranja de Ciudadanos y el morado de Podemos?

El pasado 5 de marzo, solo un día antes de que comenzase la campaña de los comicios andaluces, el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, convertía en trending topic mundial el hashtag #YoSoyNaranjito.

Unas declaraciones suyas que tenían como objetivo menospreciar a los partidos emergentesironizando sobre los colores que les representan, se le volvieron en contra tras una acertada reacción del equipo de redes de Ciudadanos -una formación que utiliza el color naranja desde su fundación- y un respaldo masivo de los internautas.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, aparecía en twitter sonriente, posando con un cartel en el que aparecía un Naranjito -la popular mascota del Mundial de Fútbol de 1982- y al fondo un póster de Martin Luther King y su famosa frase I have Dream, una imagen que resumía en buena parte las esencias de la formación.

Desde aquel día, la formación de Albert Rivera se ha aferrado, aún más si cabe, al color que le identifica y le sirve de imagen y que en el mundo utilizan numerosas formaciones de muy diferente ideología. Incluso el Partido Popular se atrevió a coquetear entre 2004 y 2008 algunos años con el naranja combinado con el azul que hoy le representa. Se trataba de rejuvenecer su imagen, un cambio que fue acompañado por un giro programático hacia el centro-reformista.

Según recogen los estatutos de la formación que lidera Rivera, el símbolo del partido es un bocadillo rectangular de bordes redondeados con el fondo de color naranja, dentro del cual se incluyen las siglas del partido.

El naranja, compuesto de rojo y amarillo, los colores de la bandera de España-, es un color que representa intensidad, inquietud y actitudes positivas. Transmitir ese talante es uno de los objetivos de la formación, que quiere ser identificado como un partido constructivo y clave para propiciar un cambio tranquilo. "Yo soy Naranjito porque me gusta más la propuesta que la queja, porque me mueve la ilusión y no el miedo. Soy ciudadano", fue la respuesta de Rivera ante el ataque de Hernando.

El naranjaj es un color vital, que desprende energía y que, en formas apagadas, puede asociarse con la tierra y el otoño, que denota cambio. Debido a su asociación con el cambio de las estaciones, el naranja puede representar cambio y movimiento en general.

El naranja es un color de poca identidad vinculada a un mismo ideal político, que es ampliamente utilizado en Europa por partidos democristianos, pero que cada se ve más identificado con revoluciones pacíficas -como la Revolución Naranja de Ucrania- o con movimientos pro democracia fundamentalmente en Oriente Medio -Palestina, Líbano o Egipto-.

La elección del color, clave

Para Joan Lopez Alegre, profesor de Márketing Político de la Universitat Oberta de Catalunya, la elección del color no es solo clave para las empresas, sino también para los partidos. Recuerda los casos de identidad corporativa de Orange -naranja-, Ferrari -rojo burdeos- o Vodafone -rojo-.

Destaca Lopez Alegre la elección de colores suaves por dos partidos que luchan por el centro, como son Ciudadanos -naranja- y Unión Progreso y Democracia -magenta-. Mientras, Podemos opta por el morado, un color fuerte, radical, que los ciudadanos relacionan con temas como la mujer o con las campañas por el aborto.

Lopez Alegre asegura que los partidos ya no están directamente relacionados con la ideológica, aunque el rojo se relaciona con la izquierda y el azul, con la derecha. Sin embargo destaca que el partido conservador de Angela Merkel ha optado por el negro, mientras que el Partido Laborista británico ha ido diluyendo el rojo que le identificaba hasta un color rosa, similar al de UPyD.

Por su parte, un reciente post titulado El naranja está de moda, incluido en la web El grial de tu empresa, y escrito por Grupo3Estudios, asegura que el naranja es un color que se asocia al éxito, a la creatividad, a la alegría, a la vitalidad.

"Desde el punto de vista del márketing, la elección de esta cromatía es fundamental. Sin entrar en análisis profundos, pero teniendo muy cerca el punto de vista del neuromarketing, en la elección de un partido político, al igual que en la de un producto, un detergente, por ejemplo, no sólo interviene la parte racional, de hecho muchas veces es la que tiene menos peso en la toma de la decisión", señala el blog impulsado por GRUPO3, una firma que ofrece a las empresas información que necesitan para mantenerse en el mercado e incrementar sus beneficios.

"La parte emocional tiene mucho que decir, y ahí el color naranja aporta, además, a esta formación política otro plus. Este color trasmite energía combinada con diversión, y además es el color de las personas que asumen riesgos y que son extrovertidas y desinhibidas. Significa aventura, optimismo, confianza en nosotros mismos, sociabilidad y salud, sugiriendo además, placer, alegría, paciencia, generosidad y ambición", continúa.

El naranja "es un color que por otro lado conecta tanto con hombres como con mujeres. Así que como decíamos, asociar estos valores de forma espontánea y natural en nuestra mente, a la imagen de un político joven, que llega sin mochila, que además es atractivo y que se muestra sensato en su discurso, es sin lugar a dudas, un componente fundamental en la marca Ciudadanos...", concluye.

Para Jorge Santiago, director de formación y consultoría del Centro Internacional de Gobierno y Márketing Político, la elección del color es fundamental para crear la "imagen de marca" de un partido, su "identidad social". "Lo primero que un partido tiene que tener en cuenta es utilizar un color que no sea coincidente con otro color que identifique a otro, como el rojo, o el azul, o el verde, poe ejemplo, que en su momento perteneció a la UCD o al CDS", reflexiona.

Cada tonalidad lleva asociadas sus propias connotaciones, que también influyen en el votante. El naranja, por ejemplo, es un "color vivo, que lleva más a la alegría que a la tristeza", explica Santiago, que llama también la atención sobre las particularidades del morado, un color poco habitual en el ámbito político. "Es el color de las procesiones, de la penitencia. Un color frío que rara vez se utiliza en política , si analizamos los que emplean los partidos en todo el mundo", dice este experto.

Otra cuestión no menor que hay que tener en cuenta es si el color elegido resulta "combinable". "El azul es más fácil de combinar con otros que por ejemplo el rojo. Y eso, a la hora de hacer una valla o un cartel electoral limita las opciones. Tanto el naranja como el morado son colores difíciles", afirma Santiago, que considera que la 'polémica' de hace unas semanas por el "Naranjito" permitió a Ciudadanos vincular el color del partido con una "identidad nacional", una mascota que todo el mundo conocía y apreciaba. "Está bien para quienes se acuerden del año 82, pero a la juventud le queda muy lejos aquel Mundial, muchos ni habían nacido", advierte de todas formas.

En España, dice también, no es habitual, pero sí en otros lugares: emplear animales como símbolos de un partido político. "Veamos por ejemplo EEUU, donde el burro identifica a los demócratas y el elefante a los republicanos. O Francia entera, que se identifica con un gallo...Aquí lo de los animales no es habitual. Está la gaviota del PP, pero es algo relativamente reciente...", razona este experto en márketing político. Si de símbolos hablamos, el PSOE "tiene más tradición con la rosa, que reparte incluso en muchos de sus mítines".

El origen del morado Podemos

Si hablamos del partido 'morado' a nadie (o casi) se le escapará ya que hablamos de Podemos. Pese a lo mucho que se ha comentado de su simbología o su elección condicionada por la tonalidad propia de la República, Sarah Bienzobas, responsable de diseño de la formación, lo niega tajante. "No tiene ninguna connotación, sólo queríamos establecer una marca, una identidad. Fue algo que se decidió en el comité de campaña el año pasado, que estaba dirigido por Íñigo Errejón, y donde la gente de diseño proponíamos nuestras ideas y se discutían...", explica.

Pocos recordarán que, en sus orígenes, al morado le acompañaba el verde. "Al principio cogimos dos colores, el verde y el morado, porque creíamos que dos nos podrían dar más juego... Pero enseguida nos dimos cuenta al ver otros partidos, como PP y PSOE, que tenían sólo uno y que al final era el que los identificaba". ¿Cómo elegirlo? Las decisión vino motivada por el total pragmatismo: "Al mirar el abanico electoral, lo cierto es que quedaban pocos que no estuviesen utilizados, y nos decantamos por el morado, el único que quedaba libre, y que no se podía confundir con otros. Esto es importante, porque imaginemos después una encuesta electoral en papel... no se puede coger un color que se pueda confundir con otro", advierte Bienzobas.

¿A alguien no le gustó la elección? "La verdad es que no", ríe, "de momento no nos ha llegado ninguna queja. Y es más, la gente lo adoptó enseguida como suyo. Por ejemplo, en las camisetas, que son moradas, y entiendo que es un color difícil". La elección del logotipo, un círculo formado por tres aros superpuestos, permitió además identificar el símbolo con "la filosofía de la formación", cuenta Bienzobas. "Lo hicimos para asentar la marca con un elemento que resultase fácilmente reconocible allí donde no cabía la palabra. Ciudadanos, por ejemplo, lo hace con la C's, pero nosotros no queríamos utilizar las letras... Así que recurrimos al círculo, que además, identifica mucho cómo se organiza la formación", dice la responsable de diseño.

Un partido emergente como Podemos está sometido a una constante adaptación. Y ni siquiera su identidad visual escapa a ello. "De hecho, ya ha evolucionado. Empezó siendo verde y morado, luego sólo morado, y ahora es más rotundo... Pero estamos en un punto más