El Partido Popular es, en este momento, un remanso de paz. Máxima unidad y reconocimiento al recién investido presidente del Gobierno. Muchos esperan ahora una llamada telefónica desde Moncloa o Génova para conocer si forman parte de los elegidos que compondrán el Ejecutivo del segundo mandato del marianismo. Pero el jefe no olvida.
Hace apenas nueve meses, el PP había ganado las elecciones, pero perdiendo 63 escaños con respecto a la holgada mayoría absoluta de 2011. Resultaba imposible gobernar y las criticas arreciaban contra Rajoy motivadas, en gran medida, por los 40 escaños que había conseguido Ciudadanos. Rivera había crecido gracias a quienes habían abandonado al PP.
Comenzaron entonces a circular en el PP comentarios que apuntaban que Rajoy debía dar un paso a un lado y apartarse. Hubo dos movimientos que llamaron especialmente la atención al entorno del presidente del Gobierno.
1. La 'operación Menina'. Consistía en una operación, auspiciada en parte por Pablo Iglesias, que consistía en hacer presidenta a Soraya Sáenz de Santamaría. En el PP se habló con intensidad de esta posibilidad que alarmó al entorno de la archiconocida rival de la vicepresidenta, María Dolores de Cospedal.
Rajoy se mantuvo impasible, escuchando cómo se movían las aguas a su alrededor. Hubo quien dijo que Sáenz de Santamaría no tendría nada fácil sucederle porque tenía a gran parte del aparato del PP en contra y porque los ministros del G8 no le tragan.
Mientras, Rajoy tomaba nota. Y es que si hay algo que le moleste al presidente es que se conspire a sus espaldas o que le intenten marcar los tiempos.
El trascurso de los meses y las segundas elecciones le han dado la razón a Rajoy.
2. Un documento pedía a Rajoy que se marche. Fue a principios de año cuando comenzó a circular un texto en el PP que pedía al presidente que diera un paso a un lado. Que se sacrificara por el bien de España. Lo habrían rubricado algunos ministros.
En la misiva se podía leer: "Sabemos que son momentos duros, que nuestros esfuerzos por hacer lo mejor para España no se han visto recompensados como debieran. Sabemos que el dolor tuyo es doble, pues facilitar que podamos continuar esta labor exige un sacrificio personal muy grande. Sabemos también, porque nos lo has dicho muchas veces, que no eres un hombre que se amilane y sabrás hacer lo que España necesita de ti en estos momentos".
Rajoy no hizo caso a los conspiranoicos en ninguno de los casos. Ahora, dicen quienes le conocen, tomará nota de todo lo sucedido a la hora de configurar el consejo de ministros.
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