Reincido: Pedro presidente y Rivera vicepresidente, única opción viable

    • En la primera transición no hubo vetos a nadie. Ni al Partido Comunista. Pero ahí estaba su líder, Santiago Carrillo, que si sabía lo que era el lenilismo, y no era un radical de salón como Iglesias.
    • Los Pactos de la Moncloa con Pedro de presidente, Rivera de vicepresidente y el PP, como generoso acompañante, parece ser la única solución viable.
Rajoy y Rivera iniciarán conversaciones para explorar fórmulas que permitan la "gobernabilidad"
Rajoy y Rivera iniciarán conversaciones para explorar fórmulas que permitan la "gobernabilidad"

13 de enero, en esta misma columna publiqué bajo el título: Sánchez Presidente, Rivera Vicepresidente ¿PP a la oposición responsable? El periódico hizo dos subtítulos. El primero: Siguiendo esta lógica el nuevo ejecutivo estaría compuesto porPedro Sánchez como Presidente, Albert Rivera como vicepresidente, encargado de la economía, y el PP apoyando desde el parlamento. El segundo: Una comisión tripartita, ajena al Gobierno, llevaría la relación con la Generalitat o impulsaría las medidas legales conducentes a evitar la sucesión.

Además el acuerdo incluiría unos nuevos "Pactos de la Moncloa" en tema económico, un Pacto por la Educación, y otro de respeto de las estructuras territoriales actuales, de manera que los tres partidos se comprometerían a mantener las actuales situaciones de los Gobiernos autonómicos y locales dándoles estabilidad.

Le llamaba "la Segunda Transición" en la que se podría incluir las Reformas Constitucionales necesarias ¿incluida una ley electoral nueva?

Es desde luego la mejor opción, dado que el PSOE no quiere ni oír hablar de la "Gran Coalición". Pero también es verdad que eso exigiría un nivel de compromiso y generosidad por parte del PP difícil de digerir por el aparato que maneja ese partido. Los dirigentes populares dirán que los militantes y los siete millones de votantes no lo entenderían ¿De verdad? No lo creo, lo que quieren a estas alturas los ciudadanos es que se arreglen las cosas y cualquier solución que orille a los radicales y a los separatistas será bienvenida, excepto por los radicales y los separatistas.

El acuerdo daría un Ejecutivo apoyado por 130 diputados en el Congreso de manera directa y 255 si se le suma la abstención o el voto condicionado del PP, Coalición Canaria y algún otro. El 70% de los escaños y casi el 75% de los votos. Demasiado bueno para que se dé.

Ahora leo en este mismo digital que esa opción se maneja cada vez como más probable. No lo creo: sería un milagro. Pero, aun así, título esta columna: Ya lo dije, o mejor dicho ¡Ya lo escribí! Porque es lo único viable de las opciones sensatas.

Ahora Sánchez y Rivera están en contacto. Iglesias espera y Rajoy a la retranca. María Dolores de Cospedal habló este domingo en Guadalajara de la segunda transición. Pero se equivoca en una cosa: en la primera transición no hubo vetos a nadie. Ni al Partido Comunista. Pero ahí estaba su líder, Santiago Carrillo, que si sabía lo que era el lenilismo, y no era un radical de salón como Iglesias, sino un político bregado en la dura clandestinidad que sabía lo que vale ser español.

Iglesias parece que lo ignora y considera ciudadanos sólo a los que piensan como él o similar. Con esa postura no se puede ir a negociar nada. Podemos está fuera de lo que podríamos llamar Transición. Lo ha demostrado, incluso, con su oferta al PSOE para formar Gobierno: o se hace con sus condiciones o no hay tu tía (¡menudo consenso!).

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