La renuncia de Soria resucita la lucha de poder entre los "sorayos" y los ministros del G-8

  • El Gobierno continúa dividido en dos bandos: el de los cercanos a la vicepresidenta y el de los ministros más políticos. 

    Sáenz de Santamaría y Montoro criticaron en Moncloa que nadie podía estar en el Gobierno si había operado desde paraísos fiscales.

Soria renuncia a sus funciones como ministro de Industria y abandona la política
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EUROPA PRESS
Fernando H. Valls

La renuncia de José Manuel Soria ha vuelto a sacar a la luz una división latente en el Gobierno. Desde el principio de la pasada legislatura se configuraron dos bandos enfrentados entre los que Rajoy tuvo que poner paz y calmar. Ahora la batalla ha vuelto a florecer y se han lanzado mensajes cruzados.

En un lado se sitúan los llamados miembros del G-8. Son un grupo de ministros que pertenecen o han pertenecido al Ejecutivo de Rajoy. El grupo está liderado por José Manuel García-Margallo y Ana Pastor. Cuentan con el apoyo de Jorge Fernández Díaz, de Rafael Catalá, de Pedro Morenés o de Miguel Arias Cañete. Entre ellos también se encuentra el propio José Manuel Soria. Les une una amistad personal con Mariano Rajoy y una demanda de impulsar la acción política del Gobierno.

En el otro lado se sitúan los llamados "sorayos", que son cargos del Gobierno cercanos a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Entre ellos se encuentra la ministra Fátima Báñez o Alfonso Alonso, además de un grupo de secretarios de Estado conocidos por ser más tecnócratas que políticos.

La batalla entre ambos bandos se recrudeció por la ausencia de política en el Gobierno a mediados de la pasada legislatura. Se hacía demasiada tecnocracía y se destacaba poco la gestión de Rajoy. La cúpula del PP, por su parte, se posicionó del lado del G-8. Hubo quejas, comentarios críticos y división, que fue solventada con el presidente con un cierre de filas. 

Ahora, con la salida de Soria, en el G-8 se ha vuelto a hacer evidente. Varios medios de comunicación han destacado que algún ministro político ve una mano negra en lo que le ha ocurrido a Soria. Y apuntan al entorno de la vicepresidenta. "Se lo ha ganado a pulso", replica por su parte un  un ministro de los "sorayos" citado por La Razón.

A partir de este momento, si Soraya Sáenz de Santamaría aspira a suceder a Rajoy al frente del PP se encontrará con más opositores en el bando de ministros políticos. Hacia la vicepresidenta se escuchan continuas críticas, principalmente relacionadas con dos aspectos:

1. La política de comunicación. En el partido se concluye que la máxima responsable de comunicación del Gobierno no ha acertado. Soraya Sáenz de Santamaría no ha sabido acertar en su relación con los medios, consideran, con extrañas alianzas con grupos mediáticos que no han defendido al PP cuando más lo necesitaba. La conclusión: los populares se encuentran prácticamente solos en el terreno mediático.

2. Coordinación del Gobierno. Desde algunos sectores del PP se critica a vicepresidencia por no saber coordinar en algunas ocasiones mensajes y propuestas. Ha habido errores de bulto en la relación entre ministerios con algunas políticas.

En el PP, en definitiva, se da por descartada la opción de que Sáenz de Santamaría pueda encabezar una candidatura al margen de Rajoy por falta de apoyos a nivel interno. Demasiados enemigos para pilotar el partido.

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