"Ya elegí: presento mi renuncia", declaró Marino en su mensaje, mencionando la pérdida del apoyo de su Partido Demócrata (PD) que lo presionaba a su salida y agregó que "las condiciones políticas" para continuar eran "muy reducidas, incluso inexistentes".
Pero el alcalde agregó que, según la ley, dispone de 20 días para cambiar de opinión.
Marino precisó que utilizará ese plazo para ver si es posible "reconstruir las condiciones políticas" para seguir en el cargo, pero la empresa parece muy difícil, pues todos los principales dirigentes del PD, incluso el jefe de gobierno Matteo Renzi, le dieron la espalda.
Si la renuncia se hace efectiva en 20 días, el prefecto de Roma deberá nombrar a un comisario que administrará la ciudad hasta las próximas elecciones, que se llevarían a cabo probablemente en la próxima primavera.
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