Ritmo frenético para garantizar las elecciones automatizadas en Filipinas

  • Manila.- Las autoridades electorales de Filipinas trabajan hoy contra reloj para arreglar las máquinas de voto electrónico antes de los comicios del lunes, mientras algunos candidatos piden volver al recuento manual o aplazar la votación.

Ritmo frenético para garantizar las elecciones automatizadas en Filipinas
Ritmo frenético para garantizar las elecciones automatizadas en Filipinas

Manila.- Las autoridades electorales de Filipinas trabajan hoy contra reloj para arreglar las máquinas de voto electrónico antes de los comicios del lunes, mientras algunos candidatos piden volver al recuento manual o aplazar la votación.

A cuatro días de la votación, la Comisión Electoral (Comelec) finalmente pudo reanudar esta mañana los ensayos con los aparatos, a medida que poco a poco se resuelve el problema de las tarjetas de memoria defectuosas.

"Nuestros planes siguen adelante según lo previsto, y los nuevos dispositivos han dado resultados correctos al cien por cien", indicó en conferencia de prensa Cesar Flores, presidente regional de la criticada empresa proveedora Smartmatic.

Sin embargo, el ensayo fue efectuado en un colegio electoral del municipio manileño de Makati, un oasis de desarrollo en un país con infraestructuras deficientes, constantes apagones y escaso personal con formación especializada para manejar las máquinas.

Flores añadió que 35.000 de las tarjetas de memoria ya tienen la configuración correcta, y las más de 47.000 restantes serán entregadas entre mañana y la jornada de reflexión del domingo por aviones de la Fuerza Aérea y helicópteros privados de empresas y hombres de negocios bajo escolta militar.

Uno de estos convoyes que viajaba por tierra fue atacado por presuntos guerrilleros comunistas en la isla de Masbate en la región oriental del archipiélago, pero no se produjeron heridos y sólo algunas máquinas resultaron dañadas.

Mientras tanto, la población sigue preocupada y cada vez más candidatos apuestan por realizar un recuento manual paralelo al del automatizado para garantizar la fiabilidad del nuevo proceso.

Según una encuesta de la fundación local IBON, dos tercios de los filipinos creen que el sistema fracasará y el 11 por ciento ignora por completo su funcionamiento a pesar de que la ley sobre el voto electrónico fue aprobada hace más de un año.

Los temores se reflejan en los discursos de los principales aspirantes en los comicios, como el senador y máximo favorito a la presidencia Noynoy Aquino o el depuesto ex presidente Joseph Estrada.

Aquino rechazó aplazar la votación porque provocaría "una crisis por vacío de poder potencialmente desastrosa" cuando el próximo 30 de junio concluya el mandato de la actual presidenta Gloria Macapagal Arroyo, y criticó a los funcionarios electorales por los "desastrosos resultados" de su gestión.

Por su parte, Estrada no descarta un retraso pero éste no podría superar una o dos semanas para no afectar a la transición política.

"Si la Comelec hubiese sido prudente y responsable, ya habría ordenado imprimir papeletas para un recuento manual, todavía hay tiempo (...) espero que reconsidere su postura porque estas elecciones serán una tragedia si no reflejan la voluntad popular", señaló el ex actor durante un mitin en Manila.

Pero las autoridades electorales no dieron su brazo a torcer y, para indignación de muchos candidatos, reconocieron que el escrutinio probablemente se alargará un día en el 5 por ciento de los distritos si las nuevas tarjeta de memoria llegan tarde.

Esos dispositivos guardan los datos de cada sufragio emitido para cotejarlos con los resultados que se enviarán el lunes tras el cierre de los colegios electorales a la computadora central en la capital.

La Comelec subrayó que la votación se celebrará en la fecha fijada y con el sistema previsto e insiste en tener un plan de contingencia para corregir posibles fallos, cuyo contenido sigue sin revelar.

Filipinas decidió el año pasado implantar por primera vez en su historia el voto electrónico para acabar con las irregularidades de fraude, compra de votos o manipulación de las urnas, y poner fin a la violencia entre candidatos que eso desataba.

Sin embargo, muchos analistas han advertido de que las frágiles instituciones democráticas del país no están listas para un reto de tal magnitud.

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