Rivera, convencido de que llegará a acuerdos con 'Podemos' en corrupción y reforma política

    • El presidente de Ciudadanos descarta formar alianzas de Gobierno y admite que la deuda debe ser reestructurada.
    • Reconoce que desde su partido le afearon haber llegado "demasiado lejos" en las negociaciones con UPyD.
Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.
Albert Rivera, presidente de Ciudadanos.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, está dispuesto a pactar con Podemos una posible reforma de la ley electoral, del sistema de partidos o un gran acuerdo contra la corrupción. Así lo descubre en el libro "El cambio sensato", en el que, en cien preguntas y respuestas, desglosa parte de su ideario político y de sus intenciones de gobierno. "Estoy convencido de que en un futuro llegaremos a acuerdos en ese campo y esa es nuestra intención. Al margen de otras diferencias", admite Rivera. Pese a que tiende la mano, no evita las críticas soslayadas hacia el proyecto de Iglesias, que, afirma, "tiene raíces en un modelo de corte comunista o de corte venezolano".

Acuerdos puntuales, sí. Pero el líder de la formación 'naranja' descarta cualquier tipo de coalición o fusión previa o posterior a las elecciones. En primer lugar, sostiene, porque "no hay ningún partido homologable a Ciudadanos" que permita los acuerdos totales. Los actuales sondeos colocan al partido emergente como cuarta fuerza política. Según el último, de Metroscopia para El País, con apenas tres puntos de diferencia en relación al partido que resultaría ganador en unos eventuales comicios, Podemos.

Si hacia el partido de Iglesias muestra cierta "afinidad", en especial, en relación a los "planteamientos de regeneración democrática, incluso en el diagnóstico sobre cómo han funcionado las cosas hasta ahora", con el PP y PSOE marca más líneas rojas. Son, sostiene Rivera, "partidos en decadencia".

"Partidos que en su día hicieron propuestas razonables para momentos históricos del país, pero hoy por hoy carecen de ese proyecto nacional", reflexiona. No obstante, no descarta tampoco con ellos acuerdos limitados: sobre todo, dice, en lo relativo a las políticas económicas y sociales. "Si planteamos un pacto para la reactivación económica y por el empleo, habrá que hablar con el PSOE, preguntarles qué ideas tienen de cambio en las políticas actuales en las que podemos coincidir". Rivera admite en este ámbito sus similitudes con los 'populares': "hay que generar riqueza, quizás en eso también estamos de acuerdo con el PP, pues hay que ayudar a los emprendedores, a las empresas, a crear empleo".

"Aunque en las futuras campañas electorales sean muchos los que mientan, nosotros sabemos que vamos a pactar", afirma, "por supuesto llegaremos a acuerdos, pero acuerdos para temas de Estado, acuerdos coherentes con nuestro programa y no para repartirse sillas o ministerios". Rivera reconoce también compartir el pensamiento "azañista", en la necesidad de "romper con el enfrentamiento entre partidos y buscar espacios comunes que faciliten los acuerdos".

El líder 'naranja' habla se refiere también al frustrado pacto con UPyD, partido con el que, en varias ocasiones, se intentó configurar un frente electoral. Rivera admite que, en su propio partido, hubo quien le afeó la insistencia para alcanzar un acuerdo y el "haber llegado demasiado lejos".

"Hemos explorado todas las fórmulas, dijimos que nos daba igual si era una coalición,una federación, una fusión en un congreso... El problema no era jurídico, sino de voluntad de la dirección de UPyD", lamenta.

"Puede que sea cierto, pero estoy convencido de que la gente está empezando a ver y a entender-y ahí están los sondeos, ya veremos si se confirman en las urnas o no- por qué ese proyecto de tercera vía alternativa, digamos sensata, que planteamos necesitaba hacerse fuerte", subraya Rivera, que, pese a todo, sigue dejando la puerta abierta a un futuro acuerdo. Eso sí, ya condicionado a un cambio en la dirección de UPyD, "tanto en proyecto como en personas"."La situación es muy heavy"

En ocasiones, Rivera sorprende por la espontaneidad de sus respuestas. Como cuando, preguntado por qué puede aportar su proyecto de "tercera vía" a los 2 millones de "trabajadores pobres" que, según diferentes encuestas, existen en el país, responde de entrada: "La verdad es que la situación es muy heavy". "Lo más triste del debate de la pobreza en España es que hay gente trabajando que es pobre. Y hay autónomos pobres. Y gente pagando impuestos que es pobre. Esto demuestra hasta qué punto se ha deteriorado la clase media", dice acto seguido. Entre sus soluciones para "recuperar la clase media" cita la apuesta por las "políticas económicas de reactivación": premiar a quien contrata y "no castigarle con unas cotizaciones sociales tan altas", hacer fluir el crédito y rebajar las cuotas para los autónomos.

Más sincero de lo que acostumbra a mostrarse en sus apariciones públicas, Rivera deja ver sin corsés su ideología económica: "queremos compatibilizar una economía de mercado que funcione bien y que sea capaz, a través de un sistema fiscal de redistribuir la riqueza, con la justicia social".

"A los empresarios les digo que no se equivoquen, que hay que pagar impuestos", afirma, "no se trata de ser confiscatorios, pero es necesario sostener una base impositiva razonable, como pasa en la mayoría de países europeos". En un momento dado, se reconoce también partidario de reformar la Constitución para, si así se reclama, plantear una "reestructuración de la deuda", una polémica medida exigida desde Podemos.

"Me parece bien que los Estados tengan un control del déficit, pero la deuda debe pagarse sin que nos asfixiemos", comparte, "Creo que es posible que Europa se acabe replanteando una reestructuración de la deuda de los países más afectados para que estos salgan del agujero en que nos encontramos". Eso sí, Rivera se muestra en este punto más 'suave' que Iglesias. La reestructuración habrá de ser, en todo caso, acordada, evitando los pasos unilaterales.

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