Sánchez Dragó: "Si tienes poder y dinero es casi imposible que no te corrompas"

    • El escritor Fernando Sánchez Dragó publica 'La canción de Roldán. Crimen y castigo' donde recrea la historia del exdirector general de la Guardia Civil, Luis Roldán, paradigma de la corrupción de los años 80 en España.
    • "Lo mejor que yo puedo dar como escritor, lo he dado en este libro", comenta Dragó.

Pocos podrían decir que han bautizado a un escarabajo descubierto en Namibia con su nombre, de ahí que en su tarjeta de presentación (además de escritor) figure la condición de Caballero del Escarabajo.

Su vida: la escritura. Seguido o casi a la vez: los gatos. Inteligente y sagaz a partes iguales, "de la escuela de la calle", dice. Premio Nacional de Ensayo, Premio Planeta, Premio Fernando Lara, Premio Ondas… y tras tantos galardones, ¿quién le iba a decir a Fernando Sánchez Dragó que su último libro casi le supone un cisma del tamaño del suicidio?

Salió exultante y reforzado para presentar: 'La canción de Roldán. Crimen y Castigo'. "Es el libro que más me ha costado y del que más orgulloso estoy. Sé que todos los escritores dicen esto de su última publicación, pero yo no. Es así", recalca su autor.

Pese a no gustarle la política, Dragó recrea la historia del exdirector general de la Guardia Civil, Luis Roldán, paradigma de la corrupción de los años 80 en España. Una historia que le perseguía en el tiempo, allá donde iba. Exactamente, el autor plasma un estudio de la condición humana a través de la historia de Roldán atendiendo que "cada cual, en determinadas circunstancias, puede ceder a las tentaciones del poder y del dinero y convertirse en corrupto", señala.

Tanto en su presentación como en el libro, Dragó hace un aviso a navegantes: "No es una biografía, ni una confesión; no son unas memorias, ni un ejercicio de periodismo de investigación. Es una novela de no ficción".

"Es una novela con todas su virtudes y defectos" dice Dragó, siguiendo la estela de 'A sangre fría' de Truman Capote, 'Limónov' de Emmanuel Carrèrre, 'El cero y el infinito' de Arthur Koestler, o las últimas novelas de Javier Cercas y Antonio Muñoz Molina. Un tomo que, recordando a Dostoievski, ha subtitulado 'Crimen y castigo'.

Amablemente nos abre las puertas de su casa el día que cumple 40 libros. En poco más de una hora, reímos, lloramos, nos explica el libro, su aventura mientras lo ha escrito y la transformación que ha supuesto en su persona. Aquí algunos retales:

Lo primero que llama la atención nada más abrir el libro es su dedicatoria: "Todo libro merece una dedicatoria. Éste por razones de confidencialidad, seguridad y defensa propia, no la lleva". ¿Me lo puede explicar?

Si lo he escrito así es porque no quiero aclarar el nombre de las personas a las que se lo dedico. Son personas que me han ido ayudando, bien de mi vida personal, o protagonistas de la vida política española durante los últimos 30 años. He hablado con mucha gente para escribir este libro. Además, es una novela de intriga y una dedicatoria como esta estimula todavía más al lector desde el primer momento.

Cuenta que su primer encuentro con él fue casual, viendo un espectáculo de gatos en Moscú pero, ¿qué le atrajo de Luis Roldán para querer contar su historia?

Un espectáculo delicioso, donde los gatos juegan con total libertad. Lo que más me gusta en el mundo, sin duda, son los gatos; incluyendo 'El Quijote', las Meninas y el culo de Marilyn. (risas) El encuentro fue más que casual, causual, porque mi encuentro con Roldán empieza antes cuando dijeron que estaba en Laos y nunca estuvo allí. Roldán se convirtió en una especie de mosquita que no te las puedes quitar de encima, una y otra vez, hasta que caigo en la trampa de escribir este libro que ha sido el mayor lío de mi vida, de verdad; incluyendo cárceles, exilios, mujeres, matrimonios, separaciones, todo.

Comienza el libro llamándole criminal y lo termina diciendo que es un mero pícaro, bribón y truhán. Sin embargo, niega haber tenido el síndrome de Estocolmo con Roldán.

Acabo llamándole adjetivos infinitamente más positivos que bribón y pícaro. Acabo llamándolo "persona decente". Es una persona rehabilitada, bella, culta, sensible. Es el proceso de crimen, castigo, expiación y redención.

Pensaba que me iban a acusar, como tú ahora, de tener el síndrome de Estocolmo. Por lo pronto requiere un secuestro y aquí no ha habido ninguno. Dostoievski me enseñó que un novelista tiene que tener empatía y misericordia. En 'Crimen y Castigo' dice que no se pueden escribir novelas sin piedad. Si describes la vida de Roldán, lees sus diarios, pasas muchas horas y visitas muchos lugares, te metes en su vida, en sus dramas, ¿cómo no vas a establecer una relación emocional con él? Sería un miserable.

¿Está rehabilitado?

Ahora las cárceles no sirven para rehabilitar a nadie, solo son universidades de delincuencia. Un señor que pasa por el mayor aislamiento penitenciario de la historia de España. Que se ensañan con él, judicialmente le quitan todos los privilegios que le van concediendo, ¿no es un señor que se podría haber rehabilitado?

Un señor que va leyendo en la cárcel desde Aristóteles a todo lo que se puede leer y que se pone en pie gracias a la cultura, que se reencuentra con sus años infantiles a través de un jesuíta que le va a visitar a la cárcel. Un señor que aguanta, porque estuvo a punto de suicidarse un montón de veces, y que cuando sale de la cárcel tiene la inmensa suerte de conocer a su mujer por internet. Es una gran señora, sin dinero pero una gran señora. Sin ella, estoy totalmente convencido de que se hubiera suicidado. Roldán es una persona completamente rehabilitada."¡Roldán no tiene un duro!"
¿Le contó dónde está el dinero?

Eso ya lo escribió Manuel Cerdán (periodista de investigación) en su libro sobre Paesa y en las actas judiciales también está. El dinero fue manejado por Paesa y su sobrina de banco en banco hasta parar en Singapur, y se le perdió la pista. Acudió un alto cargo del Ministerio de Exteriores español y el director de ese banco le dijo que el secreto bancario era inquebrantable y ahí se acabó la historia. Lo sabrá Paesa si es que sabe dónde está ese dinero, no lo sé.

¡Roldán no tiene un duro! Te lo garantizo al 100%. Va al cine los miércoles porque no tiene dinero para ir el resto de la semana. Vive de su pensión y de la de su mujer, que entre los dos más o menos tienen 1.300 euros de ingresos al mes.

¿Cuál cree que fue el mayor error de Luis Roldán?

Huir.Él no se fugó nunca, estricto sensu. Roldán se va a París a celebrar su aniversario de boda. A pasar tres o cuatro días en el mismo hotelito donde habían estado. (Comenta que se ha recorrido todos los escenarios para ilustrar la novela) El tercer día ponen la tele y ve lo que está pasando en España. Se queda completamente noqueado. Su mujer vuelve a España y a la pobre la meten en la cárcel. Una cosa injusta. A Roldán entonces lo coge Paesa. Éste se da cuenta que tiene entre las manos una bolsa de euros.

Paesa lo encierra en los dos zulos de París, el de la torre frente al Sena y el de la calle de la Bastilla. A cuerpo desnudo. No podía salir. A un muerto y a un fugitivo se le cuelga todo, es la percha ideal. Se le pueden colgar toda la clase de crímenes, los que cometió como los que no cometió. Ese fue su gran error.

Si hubiera vuelto en aquel momento, que tenía el billete comprado para volver cuando se fue, lo hubieran metido en la cárcel, se hubiera tapado el caso porque al Gobierno le convenía, hubiera pasado unos cuantos meses y al salir se hubiera quedado con la fortuna.

¿En qué medida todos podemos llegar a ser Luis Roldán?

Claro, porque es un símbolo de la condición humana. Si hay tentación, hay peligro. Desde Eva en el paraíso. El libro muestra una reflexión sobre cómo el ejercicio del poder y el afán del dinero corrompe inexorablemente a las personas. Si tienes poder y mucho dinero es casi imposible que no te corrompas.

Yo mismo, a medida que voy escribiendo la historia de Roldán me doy cuenta de que en determinados momentos de mi vida, muy pocos e insignificantes, no me he conducido con la decencia y la dignidad con la que las circunstancias exigían.
"Lo que me condujo al suicidio fue un proceso literario"
Ha contado que escribiendo este libro se intentó suicidar.

Mi agonía fue literaria. Lo que me condujo al suicidio fue un proceso literario. Yo soy escritor desde que nací, no es una exageración, a los tres años digo que voy a ser escritor. Todo lo que he hecho en la vida ha sido para poder escribir. De ahí que mi literatura sea egográfica, basado en mi experiencia, en mis viajes, mis vivencias. Escribiría aunque estuviera en una isla desierta. Nadie me entendía, ni mi familia, por eso me decían que lo dejara. Nunca había escrito un libro así, cerca de los 80 años, con 39 libros publicados y tantos premios, me encuentré sin armas, como un chiquito de 16-17 años.

Pero lo bueno es retarse a uno mismo, ¿no?

Claro, por eso acepto el reto. Pero en un determinado momento me esfuerzo horas y horas al día y no me sale. No estoy contento con lo que estoy escribiendo. Me doy cuenta que como lo único que soy en la vida es escritor, si dejo de serlo estoy muerto. Cuando me operaron del corazón me di cuenta que hay tres cosas a las que no puedo renunciar: Escribir, leer y viajar.

¿Cómo consigue salir de donde estaba?

Trabajando mucho. La chispa de la creación. Llega un momento en que mi literatura empieza a funcionar. Eso que decía Picasso: "La inspiración existe, pero que te pille trabajando". Llega un momento en que el avión que parecía que se iba a estrellar remonta el vuelo.

¿En quién se apoyó?

En mí mismo y en nadie más. Mi dignidad de escritor me impide pedir socorro literario. Se escribe a solas, como se nace y como se muere. Un guerrero no pide socorro, un guerrero, guerrea. Ahora estoy feliz. Este libro soy yo. Lo mejor que yo puedo dar como escritor lo he dado en este libro.

¿Si tuviera que escoger un libro de todos los que ha escrito sería éste?

Sí, y me doy cuenta que todos los escritores cuando publican un libro dicen lo mismo. Yo no. Lo digo porque es cierto. Es la batalla más dura que he librado. He terminado el libro con 77 años y todo lo que yo he aprendido en el ejercicio de la profesión lo he volcado en este libro."Si Roldán pudiera volver atrás, este libro no existiría"
¿Qué le dijo Roldán al leer el libro entero?

En primer lugar, leerlo entero le costó mucho trabajo porque era muy doloroso para él. Fingía al principio que lo había leído entero, pero yo me iba dando cuenta que no era verdad, que lo había leído a 'cachos y sollozando'. Pero luego, poco a poco sí que lo leyó entero. Dijo que era muy bueno pero que para él es tremendamente doloroso y que está arrepentido de haberse metido en este lío. Si él pudiera volver atrás, este libro no existiría.

¿Qué cree que pensará Juan Alberto Belloch al leer el libro?

Eso es algo que me pregunto. Es curioso porque su mujer (Mari Cruz Soriano) me ha invitado a dar una conferencia sobre el libro en una asociación cultural dirigida por ella en Zaragoza.

También en este libro hay un gran ausente, se refiere a Paesa, pero no conseguí encontrarle. Luego, hay otras dos personas con las que quizá debería haber hablado pero decidí no hablar y son Narcís Serra y Belloch. Eran los que se disputaban el poder.

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