Sarkozy tiene el favor de los votantes de la UMP para tomar el control

  • El expresidente francés, Nicolas Sarkozy, aunque no ha oficializado personalmente su voluntad de retomar el control de su partido como le piden sus más directos colaboradores, cuenta con la ventaja de tener el favor de los simpatizantes, según una encuesta publicada hoy.

París, 7 jun.- El expresidente francés, Nicolas Sarkozy, aunque no ha oficializado personalmente su voluntad de retomar el control de su partido como le piden sus más directos colaboradores, cuenta con la ventaja de tener el favor de los simpatizantes, según una encuesta publicada hoy.

Sarkozy es la personalidad preferida por un 28 % de los que se declaran simpatizantes de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) para hacerse con la presidencia del partido en el "congreso de refundación" que se debe organizar en octubre para salir de la grave crisis actual, según el instituto BVA para "Le Parisien" e "iTélé".

Por detrás, pero distanciados, quedan dos de los tres exprimeros ministros que el día 15 asumen las riendas de la UMP de forma interina hasta ese congreso: Alain Juppé (19 %) y François Fillon (13 %).

A continuación se sitúan el exministro François Baroin (11 %) y el otro antiguo primer ministro del triunvirato de la dirección interina, Jean-Pierre Raffarin (10 %).

No obstante, cuando se les pregunta al conjunto de los franceses sobre a quién querrían al frente del partido conservador, Juppé es el preferido para el 23 % de los interrogados, y distancia tanto a Sarkozy (14 %) como a Fillon (12 %) y Baroin (10 %).

Estos últimos días, el entorno del precedente jefe del Estado -que multiplica sus apariciones públicas pero sin anunciar abiertamente su vuelta a la arena política- han estado preparando el ambiente para preparar el retorno de su líder, al que tratan de presentar como el mejor antídoto ante el ascenso del ultraderechista Frente Nacional (FN), vencedor de las europeas del 25 de mayo.

El calendario para estas maniobras se aceleró, sobre todo, con el estallido el 26 de mayo del conocido como el escándalo Bygmalion, por el nombre del gabinete de comunicación investigado por haber trucado las cuentas de campaña de Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2012 que perdió frente a socialista François Hollande.

Al día siguiente, el hasta entonces presidente de la UMP, Jean-François Copé, se vio obligado a dimitir por sus vínculos directos con los máximos responsables de Bygmalion, y en su lugar se diseñó una dirección provisional encabezada por Juppé, Fillon y Raffarin.

Sin embargo, el pasado domingo los partidarios de Sarkozy cuestionaron la legitimidad de ese trío y sobre todo su neutralidad para organizar un congreso en el que al menos los dos primeros tienen grandes ambiciones para situarse en cabeza del movimiento.

La segunda carga la lanzó el miércoles la mano derecha de Sarkozy, el que fuera su ministro de Interior, Brice Hortefeux, que consideró "una necesidad" la candidatura a la presidencia de la UMP de su amigo de juventud.

El propio interesado ha enviado desde entonces mensajes en clave sobre sus intenciones, que para los analistas se resumen en ser el candidato de la derecha en los próximos comicios presidenciales programados en 2017.

El viernes en Suiza comentó que "nadie escapa a su destino" y, horas después, cuando le preguntaron sobre su vuelta a la política durante las ceremonias de conmemoración del 70 aniversario del desembarco de Normandía, no quiso responder directamente.

"La política aquí no está en su lugar", señaló antes de añadir, "tal vez otro día".

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