Sayer Sambou: “Viajé en cayuco, once compañeros fallecieron”

    • Senegalés. 28 años.
    • Lleva 8 en España.

     

“Quería venir porque veía a gente de mi pueblo que había estado en Europa y volvía con dinero. Nosotros éramos pobres y era una forma de salir de ahí”, dice Sayer, al que todos conocen aquí como “Mass”. Su castellano es aún enredado, pero en cada palabra asoma una sonrisa, a pesar de que lo que cuente sea un agónico viaje en cayuco con más de veinte fallecidos.

Ocho años atrás, poco tenía que ver su vida con la de ahora. En Senegal se subió a un coche para atravesar parte de África rumbo a Marruecos. España estaba más cerca, aunque los separaba un viaje en cayuco. Se embarcaron 121 personas. Tras once días, llegaron apenas cien. En Tenerife fueron atendidos por personal de Cruz Roja. “Nos llevaron a un sitio para comer. Después, pasamos tres días con policías y luego 45 en un centro para inmigrantes. Más tarde nos trasladaron en autobús a Valencia”. Pero él quiso probar suerte en Madrid. La llegada poco tenía que ver con aquella Europa que tantas veces había soñado. “No tenía ningún sitio para dormir. Lo hacía en la calle, al lado del Banco de España. Así pasé dos meses”. Hasta que un compañero le ofreció un trabajo. Ilegal. Vender discos en la calle, como él cuenta. “Pero siempre teníamos problemas con la policía. Estuve tres días en comisaría, después con juicios en Plaza de Castilla”

Ahora, la vida sí le ha enseñado una sonrisa. “Trabajo lavando platos en un restaurante mexicano”, nos cuenta. Un restaurante de lujo a más de 75 euros el cubierto donde es uno más del equipo. Pero su vida más cómoda, no le evita la crítica. “Aquí tiramos comida, agua. En mi país la gente tiene que andar cada día cinco kilómetros para sacar agua de un pozo”. ¿Qué les diría a los que quieren venir? “Que no. Aquí en España no hay nada, sólo problemas. Les digo que se queden en su país”.

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