Sebastopol, el puesto de avanzadilla de Rusia en el Mar Negro

  • La intervención rusa en Crimea, que Moscú argumenta con la necesidad de ayudar a sus compatriotas amenazados por los "radicales de la revolución" en Ucrania, revela los temores que tiene el Kremlin de perder el control sobre su base naval en Sebastopol, a orillas del Mar Negro.

Vladímir Mkrtchian

Moscú, 3 mar.- La intervención rusa en Crimea, que Moscú argumenta con la necesidad de ayudar a sus compatriotas amenazados por los "radicales de la revolución" en Ucrania, revela los temores que tiene el Kremlin de perder el control sobre su base naval en Sebastopol, a orillas del Mar Negro.

Precisamente desde el puerto de esa ciudad, Rusia tiene el acceso marítimo más cercano a las costas de Estados miembros de la OTAN como Turquía, Rumanía y Bulgaria.

Además, a través del Bósforo, los buques de guerra rusos no tardarían mucho en llegar a las aguas del mar Mediterráneo, donde la flota occidental aumentó su presencia a raíz del conflicto sirio: otro factor de irritabilidad para Rusia, que tiene una base naval en el puerto Tartus de Siria, su último aliado en Oriente Medio.

Desde que Víktor Yanukóvich fue destituido de la Presidencia de Ucrania el 22 de febrero, el ya de por sí frágil estatus jurídico de la base de Sebastopol, alquilada por Moscú hasta 2042, se vio aparentemente amenazado para el Kremlin, que cuestiona la legitimidad de las nuevas autoridades ucranianas, a las que considera radicales ultranacionalistas.

La península de Crimea -territorio ruso regalado a Ucrania en 1954 por el entonces líder soviético, Nikita Jruschov- fue reconocida de jure por Rusia como parte de Ucrania tras la desintegración de la URSS en 1991, pero en realidad nunca ha dejado de ser considerada como suya por los rusos.

La misma idea comparte la mayoría de la población rusohablante de Crimea, que tras el estallido de la revolución que destronó a Yanukóvich no reconoció a las nuevas autoridades ucranianas y se mostró firme en optar por estar al lado de su vecino, que ha invertido millones de dólares en la infraestructura de Sebastopol.

Junto con las regiones de Donetsk y Járkov, Sebastopol es uno de los baluartes de la resistencia a las nuevas autoridades de Kiev, que se han pronunciado en varias ocasiones a favor de la senda europea.

En junio de 1995, Rusia consiguió mediante un acuerdo quedarse con el grueso de los buques, tropas de desembarco y aviación de la Flota del Mar Negro con base en Sebastopol para mitigar el litigio que mantuvo con Ucrania por su reparto desde la desintegración de la Unión Soviética.

El acuerdo, alcanzado por los entonces presidentes de Rusia, Borís Yeltsin, y Ucrania, Leonid Kuchmá, establecía que Rusia se quedaba con el 81,7 por ciento de los buques y Ucrania con el 18,3 restante.

Además, también se acordó que las fuerzas de Rusia y Ucrania tendrían "un emplazamiento separado" y que "la base principal de la Flota del Mar Negro de la Federación Rusa (FMNFR) y su Estado Mayor se situarán en la ciudad de Sebastopol", lo que significaba la retirada de ese enclave de las fuerzas navales de Ucrania.

El documento suscrito también establecía que "la FMNFR utilizará las instalaciones en Sebastopol y otras bases navales, aéreas, de las tropas costeras y objetivos de apoyo logístico, operativo y técnico en Crimea".

Pero sería dos años después, en mayo de 1997, cuando Yeltsin y Kuchmá firmaron un tratado por el que la base naval de Rusia se declaró "ubicada en Sebastopol" y por el que Kiev cedía a Moscú tres bahías por un período de 20 años y un coste anual de 100 millones de dólares, que serían deducidos de la deuda ucraniana con la Federación Rusa.

En abril de 2010, ya con Yanukóvich en el poder, Rusia y Ucrania suscribieron otro acuerdo para prolongar hasta 2042 el alquiler de la base de Sebastopol para la Flota del Mar Negro.

A día de hoy, la flota rusa en el mar Negro incluye medio centenar de buques de guerra -acorazados, fragatas, submarinos y dragaminas- y casi un centenar de aviones.

Según los últimos datos, la base de Sebastopol acoge alrededor de 14.000 efectivos, aunque esa cifra puede ser mayor dado que varias unidades rusas han desembarcado en los últimos días en la península tras el estallido del conflicto.

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