Servicios secretos alemanes alertan del peligro islamista y ultraderechista

  • El departamento alemán de Protección de la Constitución -los servicios secretos de Interior- alertó hoy del peligro creciente que representan tanto los radicales salafistas que operan en el país como la ultraderecha violenta.

Berlín, 11 jun.- El departamento alemán de Protección de la Constitución -los servicios secretos de Interior- alertó hoy del peligro creciente que representan tanto los radicales salafistas que operan en el país como la ultraderecha violenta.

Alemania sigue estando "en el objetivo" del terrorismo islámico, afirmó el presidente de ese estamento, Hans-Georg Maassen, al presentar su informe anual sobre estadísticas de criminalidad con trasfondo político y terrorista.

De acuerdo a sus estadísticas, en Alemania hay 42.550 personas calificadas de "islamistas potenciales", de las cuales 4.500 pertenecen a la minoría salafista, considerada por Maassen especialmente peligrosa.

"Eso no quiere decir que todos sean terroristas potenciales, ni siquiera individuos violentos", matizó el responsable de los servicios secretos de Interior, según el cual los individuos considerados "peligrosos" de ese colectivo son unos 1.000.

Aproximadamente 130 de ellos son objeto de vigilancia "día y noche", apuntó Maassen y añadió que el seguimiento de ese colectivo es "especialmente complejo", dado que a la multiplicidad de grupos, en ocasiones minúsculos, desde los que actúa se suman los llamados "yihadistas" individuales que trabajan en solitario.

Se trata de un movimiento "extremadamente dinámico", apuntó el ministro de Interior, Hans-Peter Friedrich, en la comparecencia conjunta, donde destacó asimismo la observación que se mantiene sobre los llamados "conversos", alemanes convertidos al Islam.

En ese grupo se tiene constancia, según Friedrich, de un alto número de simpatizantes que viajan a Malí, Somalia o Siria para participar en campamentos de entrenamiento del radicalismo.

Al creciente peligro que entrañan estos grupos o individuos se suma la situación de "confrontación casi permanente" con la ultraderecha, cuyo potencial violento asimismo se ha incrementado.

"La militancia ultraderechista ha descendido cuantitativamente", indicó Friedrich, quien sitúo en 22.150 el número de militantes, frente a los 22.400 de 2011 y los 25.000 de 2010.

Sin embargo, se estima que ahora uno de cada dos ultraderechistas son violentos o están dispuestos a la violencia, según destacó Maassen.

A lo largo de 2012 se registraron diversos enfrentamientos entre salafistas y ultraderechistas en prácticamente todo el país, aunque con mayor intensidad en el populoso "Land" de Renania del Norte-Westfalia, con un alto índice de desempleo.

Friedrich atribuye estos enfrentamientos a actos de "provocación mutua" -como la instalación de puestos de información islamófobos junto a mezquitas-.

Asimismo, llamó la atención sobre la creciente actividad de partidos ultraderechistas residuales que buscan su pantalla de propaganda a través de esas acciones contra los salafistas.

"Son grupos que se retroalimentan. Es difícil saber quién provoca a quién, porque tienen el objetivo común de ganar el máximo de eco con acciones minoritarias", resumió Maassen.

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