Siete mensajes que lanzan las encuestas, además de quién gana y quién pierde

    • La nueva corrupción tiene un efecto nulo en la intención de voto del Partido Popular, que ya ha tocado fondo. El centro es de Ciudadanos, el espacio mayoritario por el que cuatro formaciones luchan.
    • Cuando un partido entra en decadencia, su recuerdo de voto disminuye. El respaldo real de PP y del PSOE, formaciones duramente criticadas, queda minusvalorado en algunos sondeos.
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Queda poco menos de un mes para que se celebren en España las elecciones municipales y autonómicas más competidas de la democracia. El resultado de estos comicios cambiará radicalmente el mapa político local y quedará patente, en mayor o menor medida, el fin del bipartidismo en buena parte de los ayuntamientos y comunidades autónomas.

Numerosas encuestas han tratado de dibujarnos durante las últimas semanas el nuevo panorama que se avecina -y seguirán haciéndolo hasta poco antes de las elecciones-, pero la incertidumbre política marca la volatilidad de estos sondeos, centrados mayoritariamente en unas generales que todavía tardarán unos meses en celebrarse.

Mientras los dos partidos tradicionales han tocado fondo y han perdido todo el respaldo posible en favor de Ciudadanos y Podemos, estas dos formaciones han sufrido una evolución diferente en las últimas encuestas.

El partido de Albert Rivera sigue subiendo en los sondeos frente a la formación de Pablo Iglesias, que claramente se desinfla. Muchos de los potenciales votantes de Podemos se han dispersado y Ciudadanos ya hace más daño al Partido Popular que Podemos al PSOE.

Por su parte, el PP de Mariano Rajoy mantiene en torno al 20% del respaldo electoral -pese al caso Rato-, mientras el PSOE de Pedro Sánchez parece superar el bache y aumenta su apoyo tímidamente.

Los que buscaban el centro y la socialdemocracia real en el partido de Iglesias o se asustaron con la minicorrupción se han decantado ahora por el PSOE o por Ciudadanos, que crece en la misma proporción que cae Podemos, sin que signifique necesariamente que todos los votos de esta última formación van a la de Rivera.

Mientras, otros que en principio optaron por Podemos, los más radicalizados, se han desencantado ante el sorpendente intento de giro al centro del partido de Pablo Iglesias y también se han sentido decepcionados .

Es evidente que la intención de Podemos de tocar todos los palos y el abandono de parte de la esencia del 15-M le ha pasado factura. Los sociólogos, politólogos y encuestadores coinciden en que su respaldo oscila entre el 15% y el 20% del electorado y la tendencia será a la baja a medida que vaya dando a conocer su programa electoral.

A grandes rasgos, esto es lo que dicen las encuestas en cuanto a intención de votos, pero los sondeos nos lanzan otros mensajes más allá de quién gana y quién pierde. Estos son algunos de ellos.

- El efecto de la corrupción. Los nuevos casos de corrupción afectan poco a los grandes partidos, que han tocado fondo perjudicados por la corrupción anterior y por la irrupción de formaciones que ofrecen una nueva forma de hacer política. Un ejemplo: la detención del que fuera vicepresidente de Gobierno, Rodrigo Rato, por fraude, evasión de capitales y alzamiento de bienes, ha tenido una nula repercusión en el respaldo del PP, que parece prácticamente inamovible desde hace varios meses.

El ObSERvatorio de la Cadena Ser nos adelantaba en su encuesta de abril, con caso Rato incluido, que el respaldo a la formación de Mariano Rajoy permanecería prácticamente inalterable con respecto a la encuesta de marzo: en torno al 22% de los votos. Los dos grandes partidos mantienen su intención de voto e incluso el PSOE sube con respecto a las primeras encuestas del año.

- El rechazo del electorado. Los partidos más repudiados por los electores son el Partido Popular y Podemos. Así lo refleja Metroscopia que en su encuesta que incluye la pregunta: ¿A que partido no votaría en ningún caso en las próximas generales? El rechazo al PP viene del 56% de los votantes, mientras que el 35% de los electores no votaría en ningún caso a la formación que lidera Pablo Iglesias. Por su parte, Ciudadanos es la formación que menos rechazo provoca, ya que sólo tres de cada cien electores descartan totalmente respaldar al partido de Albert Rivera.

- Electores olvidadizos. Una constante, según reconocen sociólogos y responsables de sondeos, es que cuando un partido entra en decadencia su recuerdo de voto –los encuestados que reconocen haber votado por él en comicios anteriores- disminuye. Esto afecta fundamentalmente al PSOE y al PP, que además siempre sale siempre especialmente infravalorado en Cataluña y el País Vasco.

Junto a esto, a muchos encuestados les resulta difícil reconocer que votarán por alguna de estas dos formaciones, criticadas por su gestión, la corrupción y por su vieja política, por lo que el respaldo de PP y PSOE queda minusvalorado en algunos sondeos.

- Locales y generales, diferentes. La mayoría de las encuestas relevantes que aparecen publicadas estos días recogen la intención de voto en unas generales, que se celebrarán dentro de unos meses -previsiblemente a final de año- y siempre después de autonómicas y las locales. Después de los comicios generales se verá el auténtico desgaste de los dos partidos tradicionales y el respaldo de Ciudadanos y Podemos. En unas generales estas dos formaciones y PSOE y PP se reparten el 80% de los votos, más o menos el 20% cada una. Sin embargo ese respaldo será muy diferente en autonómicas y genererales.

Los candidatos de las nuevas formaciones son desconocidos, aunque mucha gente votará siglas-. Pese a todo, tampoco resulta inusual la intención de votar en unas generales a Rivera e Iglesias -muy conocidos y mediáticos-, pero no hacerlo por los candidatos municipales y autonómicos de sus formaciones.

- ¿De dónde vienen los votos? Otra de las claves es la procedencia de los votos a las nuevas formaciones. Según el sondeo de la SER, el partido de Albert Rivera recoge votos a cuatro bandas. Un tercio de su electorado reconoce haber respaldado al PP en 2011, pero casi un 20% proviene del PSOE, un porcentaje similar al procedente de Unión Progreso y Democracia (UPyD) y de los denominados huérfanos políticos (los que votaron en blanco, nulo, se abstuvieron o no recuerdan qué hicieron).

Mientras, los de Podemos proceden principalmente del PSOE (26,4%) y de estos huérfanos (22,2%), seguidos de IU (21,6%), UPyD (7,8%) e PP (7%).

- Los pactos, inevitables. Mientras que desde Podemos y Ciudadanos dejan claro que no pactarán con los dos partidos tradicionales, al menos hasta después de las generales y salvo que cumplan rigidas condiciones que PP y PSOE consideran inasumibles, la realidad -transmitida a través de las encuestas- dice los pactos serán inevitables.

La gobernabilidad en España y prácticamente todas la autonomías y numerosos municipios sólo podrá ser garantizada a través de pactos o, como mínimo, acuerdos puntuales en asuntos básicos. El consenso, pues será clave.

- La batalla del centro. El votante de centro, el mayoritario, es sin duda el más disputado por los partidos.En España, siempre la formación que gana entre los moderados acaba siendo la primera fuerza política en las elecciones. Según el Barómetro del CIS, en torno al 21% de los votantes se sitúan en el 5 en una escala del 1 a 10, en la que el 1 es la izquierda y el 10, la derecha. Mientras que más del 14,3% se sitúa en el 4 y más del 8%, en el 6.

En el Barómetro de enero del CIS, los españoles se ubicaban, de media, en el 4,55 y colocaban al PP en el 8,17, y al PSOE, en el 4,62. Podemos quedaba en el 2,28, más a la izquierda que IU. Mientras que a UPyD la situaban en el 5,34 y a Ciudadanos en el 5,14, ligeramente más a la izquierda que la formación de Rosa Díez.

Todo esto evidencia que la sociedad española no está radicalizada y de ahí la pretensión de Podemos de girar al centro desde la extrema izquierda con la intención de ser un partido con opciones de gobernar. Los partidos de los extremos -Podemos y PP- son los más rechazados y sólo Ciudadanos y PSOE tienen posibilidades de pactar tanto a la izquierda como a la derecha. Para los expertos es el que mayor capacidad tiene para proyectar una imagen transversal y moderada.



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