Siria, el nuevo escenario de guerra fría entre EEUU y Rusia

    • Siriay las diferencias para acabar con el conflicto que desangra al país desde marzo de 2011 ha vuelto a tensar las relaciones de dos potencias históricamente antagónicas.
    • El papel de Al Asad, los recursos gasísticos, la creciente presencia militar de Moscú en Siria y la alianzas con los países de la región, otros escollos que Obama y Putin tendrán que sortear.
Obama y Putin durante la primera jornada de la Asamble de la ONU/AFP
Obama y Putin durante la primera jornada de la Asamble de la ONU/AFP

Uno de los encuentros más esperados de esta 70º Asamblea General de Naciones Unidas fue el que mantuvieron los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y el de Estados Unidos, Barack Obama, que no se reunían desde 2014, cuando estalló la guerra civil en Ucrania.

Esta vez ha sido Siria y las diferencias a la hora de acabar con el conflicto que desangra al país desde marzo de 2011 lo que ha vuelto a tensar las relaciones de dos potencias históricamente antagónicas, que buscan ampliar sus zonas de influencia.

Las horas previas a la cita de los dos líderes mundiales estuvieron marcadas por sus discursos casi consecutivos en la Asamblea de la ONU, desde los que ambos dirigieron sus acusaciones contra el otro, aunque siempre de manera velada.

Así, si Obama llamaba tirano a Bashar al Asad y denunciaba a aquellos países que le ayudan, Putin insistía en su apoyo alpresidente sirio como la única forma de de acabar con el terror impuesto en la región por el Estado Islámico, al cual, apuntó el líder ruso, se unen muchos de los rebeldes que el Gobierno de Washington ha estado financiando.

Las consecuencias de ese apoyo financiero y estructural a los rebeldes sirios no han debido de ser las mejores cuando finalmente la Casa Blanca ha decido cortar una financiación de unos 500 millones de dólares, inútil en el mejor de los casos, cuando no ha ido a parar a las filas del Estado Islámico.

No son teorías de la conspiración de Putin, Hillary Clinton en 2014 ya reconoció que habían actuado mal financiando a centenares de rebeldes sirios y todo ello acabó derivando en la creación del Estado Islámico.

No sería la primera vez que le saldría mal la jugada a Estados Unidos, ya que los talibán dejaron de ser un reducido grupo de fundamentalistas religiosos de las montañas de Afganistán gracias al entrenamiento y apoyo por parte de la CIA para luchar contra la Unión Soviética.La creciente presencia de Rusia en Siria

Rusia mira con preocupación el auge de estos movimientos yihadistas, pues esa ola podría extenderse sobre las regiones fronterizas del Cáucaso.

El papel desempeñado por Europa y Estados Unidos en otros países como Irak o Libia, en donde el caos ha fortalecido a los radicales, explica la tradicional alianza que mantiene Moscú con, por ejemplo, Teherán y Damasco, con cuyos gobiernos Washington es tremendamente beligerante.

Ya que ya Al Assad no estará siempre en el poder, la creciente presencia militar rusa en Siria responde al pragamatismo de Moscú, consciente de la necesidad de fortalecer su presencia en la zona, no ya solo ante la amenaza que supone el terrorismo yihadista, sino también por los recursos gasísticos que ansía Estados Unidos.Los recursos gasísticos

Siria cuenta con una de las mayores reservas de gas del planeta y eso convierte al país en el objetivo de la rapiña internacional, como la que ahora está padeciendo Libia a causa del petróleo.

La estrategia hasta ahora de Estados Unidos pasaba por aliarse con las monarquías del Golfo, que le suministraban el tan preciado petróleo, perolas reservas se están agotando y el gas se está erigiendo en la energía del futuro, pues además no contamina.

Sin embargo, Rusia lleva ventaja, pues ante la posición de privilegio de Washington en Oriente Medio, tuvo que optar en su día por los recursos de gas de Asia Central.Los vecinos de Oriente Medio

No obstante, Putin y Obama no solo difieren en el papel que a Basher al Asad le tocaría desempeñar, o no, en el proceso de paz.

El resto de vecinos de la región también desempeñan un rol importante en la guerra de Siria, y tanto Rusia como Estados Unidos tienen sus preferencia a la hora de buscar apoyos en la región.

Estados Unidos siempre ha mantenido una relación cordial con las monarquías medievales del Golfo, entre ellas Arabia Saudí, enemigo acérrimo no solo de Siria, sino también de otro de los aliados de Rusia, Irán, con quien se está disputando desde hace décadas la hegemonía de Oriento Próximo en el ya eterno duelo sectario entre suníes y chiíes, y que está teniendo a día de hoy en la guerra de Yemen su enésimo episodio.

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