Sôber se vuelve más cariñoso con su público y lo homenajea en su última gira

Gorka Ruiz

Santander, 12 abr.- La banda madrileña Sôber se ha vuelto más cariñosa con su público, al que mima y presta más atención, como asegura su guitarrista, Jorge Escobedo, quien explica que el motivo de volver a la carretera con uno de sus primeros discos, "Morfología (1999)" es atender a las peticiones de los fans y homenajearlos.

Hace más dos años y medio que el grupo, fundado en 1994 y que a principios de 2000 lograron altas cotas de popularidad gracias a trabajos como Paradÿsso (2002) y Reddo (2004), anunció su regreso después de un parón de casi seis años en los que sus miembros caminaron por separado en los grupos "Savia" y "Skizoo".

Una experiencia que les ha servido para poner de nuevo los pies en el suelo y recuperar el proyecto de Sôber con más fuerza que nunca y con la intención, según asegura en una entrevista con Efe su guitarrista Jorge Escobedo, de quedarse para rato.

Desde que Carlos Escobedo (voz y bajo), Jorge Escobedo (guitarra) y Antonio Bernardino (guitarra) anunciaran en enero de 2010 su regreso con la incorporación de Manu Reyes -hijo del baterista de Medina Azahara- a la batería, la banda ha participado en los mejores festivales, como el Rock in Rio o Sonisphere, y en mayo de 2011 sacaron al mercado su sexto álbum de estudio "Superbia", con el que giraron por todo el país.

En este tiempo, la banda se ha reencontrado con su público, al que, según asegura Jorge Escobedo, han aprendido a "escuchar, a cuidar y a mimar" y, de hecho, están muy pendientes de ellos para saber qué es lo que quieren de Sôber.

Y lo que los fans querían era una gira especial con los temas de su segundo disco "Morfología", editado en 1999, y que para los seguidores de la banda es el que realmente dejó marca por ser el más "puro" del grupo.

Con las canciones de este disco, entre las que se encuentran "Abstinencia" o "La prisión del placer", la banda lleva meses recorriendo las principales salas del país: esta noche actúa en la sala Cats de Madrid y mañana en Escenario de Santander.

Gracias a esta gira, el grupo ha conseguido lograr el disco de oro con más de 30.000 copias acumuladas vendidas de "Superbia".

Todo un logro en la actual situación de la industria discográfica debido a la "avaricia" de las compañías de discos, en las que, según Escobedo, prevalecía cualquier cosa antes que el artista.

"En las discográficas ha habido sueldos estratosféricos, coches de empresas, comidas...se han pagado cachés absurdos por artistas que no vendían discos", lamenta el guitarrista, quien, sin embargo, asegura que los músicos siguen siendo los mismos.

"Los músicos se juegan la vida en las carreteras o en los aviones. Ensayan todos los días ocho horas, dan conciertos con la misma entrega para 20.000 personas que para 500. Y luego, cuando las compañías dejan de ganar 25 millones de euros se echan las manos a la cabeza y no apoyan a la música", lamenta.

Y si el panorama de la música no es nada halagüeño en España, para el rock y el metal es todavía peor, aunque su situación siempre ha sido complicada, confiesa el guitarrista quien, sin embargo, advierte de que el público ahora es mucho más "exigente".

Sôber, que se encuentra inmerso en el proceso de composición de nuevos temas, tiene previsto encerrarse en el estudio a finales de este año para sacar al mercado un nuevo trabajo.

Mientras tanto, la banda compagina su gira con el álbum de "Morfología" con una serie de conciertos en grandes festivales en los que interpretarán los grandes éxitos de toda su carrera.

Así, el grupo actuará por primera vez en Venezuela el 2 y 3 de junio -en concreto en Caracas y Valencia- y está a punto de cerrar su participación en los principales festivales de Sonisphere en Europa compartiendo cartel con bandas como Metallica.