Sole Giménez salda una "deuda" con voces emblemáticas de la canción francesa

  • Lara Olmo.

Lara Olmo.

Madrid, 18 oct.- Sole Giménez salda una "deuda" con la canción francesa, banda sonora de su infancia, y algunas de sus voces más emblemáticas con el disco, "Bajo el cielo de París", con el que además reivindica su faceta como intérprete.

"En cierto modo estaba en deuda con la música francesa, siento querencia por un periodo musical con el que me crié y crecí. Era el momento de retomar esas canciones y darme el gusto de interpretarlas", afirma la artista durante una entrevista con Efe.

Temas como el inolvidable "La vie en rose" de Edith Piaf, un "referente absoluto"; "Ne me quitte pas" de Brel, y "Ma solitude" de George Moustaki, curtieron musicalmente sus oídos y ahora los adapta al jazz con su inconfundible voz.

La ex líder de Presuntos Implicados nació en París, donde vivió cinco años, y con este trabajo emprende una vuelta "emotiva" a su pasado pero también "muy divertida".

"Entiendo la música como algo lúdico, me gusta quitarle hierro y sacarle todo lo que tiene dentro; debe ser algo fresco y alegre", apunta.

Los últimos trabajos de Giménez como solista han sido también tributos, y es que a día de hoy la murciana se siente muy cómoda interpretando, más que en el campo de la composición. "Las cantantes que más admiro siempre hacían versiones, y yo reivindico mi faceta interpretativa", afirma la artista.

"Algún día llegará un disco con canciones propias, pero ahora mismo no puedo renunciar a vestirme con estas canciones", y añade: "Habrá que esperar a que la coyuntura económica lo permita".

Más que francés, este nuevo trabajo desprende "aroma parisino", ya que tiene "el punto de nostalgia, de arrabal, diversión y carpe diem", que tanto caracteriza a la capital gala.

"Bajo el cielo de parís", traducción de la propia Giménez del tema "Sous le ciel de Paris", interpretada por Edith Piaf, Juliette Greco o Yves Montand, tiene 13 temas entre los que figuran otros títulos adaptados al castellano, como "Himno al amor" ("Hymne à l'Amour") y "La mala reputación" ("La Mauvaise Réputation").

De otros sin embargo ha respetado el francés porque "no sería correcto" hacerlo de otra manera.

Reconoce que versionar temas como "Non, Je ne Regrette Rien" tiene sus "riesgos", ya que puede resultar poco "convincente" y es fácil "perderse musicalmente" al reinterpretarlas.

Giménez prefiere hablar de "versiones personales" en lugar de copias de originales que, a su juicio, son "imposibles de igualar". Por eso la artista reconoce que, a pesar del profundo respeto y cariño con los que ha interpretado estas canciones, es más factible que sus seguidores sean los que más las disfruten.

Desde que abandonara Presuntos Implicados, Sole Giménez ha afrontado seis "fantásticos" años como solista, en los que ha publicado cuatro discos y se ha subido a escenarios "que jamás habría imaginado", como el Concert Hall de la Ópera de Sidney.

Un balance positivo a pesar de haberse cumplido "en los peores años que vive la música". Se siente "privilegiada", pero no por haber superado sus espectativas, pues las considera la antesala de la frustración. Su único objetivo es "poder seguir viviendo de la música".

De momento espera cerrar una actuación a finales de noviembre en Cuenca para presentar su nuevo trabajo, a la que "si la crisis lo permite", seguirán otras por teatros, espacios "llenos de magia" que se adaptan perfectamente a su música.

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