La sombría historia del presunto pederasta en serie de Girona, que dice hablar con los peces y sigue libre

  • Es monitor infantil y convocaba a niños en la ya llamada cabaña del terror en la localidad de Torroella de Montgrí. Acaba de recibir la sexta denuncia en su contra, en el último año y medio, por abusos sexuales.

    El acusado, de origen colombiano, dijo ser descendiente de los indios sioux, oriundo de EEUU y ex combatiente en la Guerra de Vietnam. Hoy tiene prohibido seguir trabajando con menores y debe personarse en el juzgado cada 15 días para firmar.

En esta playa de Calella el hombre buscaba a sus víctimas menores de edad.
En esta playa de Calella el hombre buscaba a sus víctimas menores de edad.
Diego Caldentey

A mediados de 2015, un hombre fue denunciado al menos en cuatro oportunidades por familiares de niños que le acusaban de haber abusado de los menores en Cataluña. Los Mossos d’Esquadra le detuvieron ese mismo año, pero finalmente el presunto depredador sexual obtuvo, en aquellas fechas, la libertad sin ninguna medida cautelar.

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El pasado año, los progenitores de otra víctima también presentaron una denuncia similar en comisaría, acusando al mismo sujeto de haber efectuado agresiones sexuales contra otra menor. Después de cinco denuncias en su contra, este año ha llegado la sexta. En esta oportunidad se trata de una monitora, que hoy tiene 26 años y ha relatado que hace una década (cuando tenía 16 años) fue víctima de abusos por parte del mismo hombre.

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El acusado se llama Fernando Laverde, es monitor, tiene 64 años y nació en Colombia. Su historia y sus relatos ante la Policía y la Justicia son tan delirantes como sombríos. Ante las fuerzas de seguridad, tras ser detenido la primera vez, dijo que su origen era norteamericano. Desde allí comenzó a hilvanar una serie de afirmaciones rayanas con el absurdo.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que el hombre actuaba con el sobrenombre de Ferrán Cantetinza. Vive en Torroella de Montgrí, Girona, y a medida que pasan los días, el listado de sus presuntas víctimas (todas menores de edad en su momento o en la actualidad, y de sexo femenino), sigue aumentando.

Según el diario El Periódico, Laverde aterrizó en España en la década de los ochenta huyendo de sus familiares, que descubrieron que había abusado sexualmente de su sobrina en Bogotá. Cuando tuvo que declarar ante las autoridades policiales a raíz de la denuncia de una quinta denunciante (por la que fue nuevamente detenido en 2016) argumentó que es descendiente directo de los indios americanos sioux, de quienes había heredado una supuesta capacidad de hablar con los peces.

También insistió en una versión rotundamente falsa: dice haber sido también soldado americano y participado en la Guerra del Vietnam. Su versión ha sido completamente desacreditada por las fuerzas de seguridad. La investigación preliminar comprobó, al analizar todas las denuncias de familiares de supuestas víctimas, que este sujeto actuaba siempre en un mismo radio de acción: en cercanías de la playa de Calella y en el interior de una sombría cabaña junto al Massís del Montgrí.

En esa cabaña del terror, en teoría, cometía sus abusos. Este hombre se ganaba la vida hasta hace poco dando charlas en guarderías y escuelas. Tenía hasta su página web, donde ofrecía su cabaña y su terreno con caballos a menores para celebrar allí sus cumpleaños.

La Policía le sigue el rastro desde julio del 2015. Allí se efectuó la primer denuncia. Una menor de 4 años contó a su madre que "Ferrán le hacía cosas". Desde allí se comenzaron a encadenar diversos hechos y denuncias.

La propia sobrina de Valverde, tras enterarse por los medios de este caso, llegó a declarar telemáticamente desde Canadá (lugar en el que reside actualmente) confesando que había sido víctima de su familiar cuando era menor.

Hay otras tres víctimas más que le denunciaron: una niña, cuya familia accedió a que declarara ante la jueza pero que finalmente no quiso oficializar la denuncia, y dos mujeres, de 34 y 23 años, respectivamente, que han presentado sendas demandas por tocamientos. El caso de la más mayor de ella, que hace referencia a abusos que sucedieron en 1990, ha quedado archivado por la prescripción de los delitos, según el relato de El Periódico.

Actualmente, Laverde continúa libre. En sede judicial, ha negado todos los cargos que se le imputan. El ministerio fiscal y la acusación particular, que defiende a algunas de las víctimas, han solicitado medidas cautelares contra el colombiano que la jueza ha decretado. Hoy tiene prohibido seguir trabajando con menores y debe personarse en el juzgado cada 15 días para firmar. La propia jueza sospecha que podrían seguir apareciendo víctimas.

Frío en su forma de ser y actuar, con carisma y habilidades para generar "las condiciones más propicias” para ganarse la confianza del entorno y de las menores, las supuestas víctimas así definen a esta persona. A todas las niñas les hacía creer que los abusos formaban parte de "un juego" que no debían revelar. Ahora habrá que estar muy atentos a cuáles serán sus próximos movimientos.

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