Tala ilegal y narcotráfico amenazan a indígenas aislados en la selva de Perú

  • Después de la fiebre del caucho, que causó grandes abusos y matanzas a fines del siglo XIX e inicios del XX, la tala ilegal y el narcotráfico se han convertido ahora en una seria amenaza para los indígenas que permanecen en aislamiento voluntario en la amazonía de Perú.

David Blanco Bonilla

Lima, 25 ago.- Después de la fiebre del caucho, que causó grandes abusos y matanzas a fines del siglo XIX e inicios del XX, la tala ilegal y el narcotráfico se han convertido ahora en una seria amenaza para los indígenas que permanecen en aislamiento voluntario en la amazonía de Perú.

La alerta se encendió esta semana, cuando se reveló en un vídeo en el que se ve cómo un grupo de la etnia mashco piro llegó hasta la comunidad de Monte Salvado, ubicada a 153 kilómetros de la ciudad de Puerto Maldonado, capital de la región sureste de Madre de Dios.

Los nativos, entre los que había hombres, mujeres y niños, estaban semidesnudos, tenían cabellos largos y portaban lanzas, y era la primera vez que se acercaban a una comunidad en muchos años, según refirió a Efe el presidente de la Federación de Comunidades Nativas del Río Madre de Dios y Afluentes (Fenamad), Klaus Quicque.

El dirigente enfatizó que se desconocen las causas que llevaron a los indígenas aislados a acercarse hasta una comunidad, pero alertó de la presencia de concesiones forestales en las cercanías de la reserva natural y de una ruta dedicada a actividades ilícitas, principalmente al narcotráfico, hacia Brasil y Bolivia.

"Acá son varios factores, en principio la reserva colinda con concesiones forestales en actividad; hay otros datos que no puedo precisar, pero también es una ruta de actividades ilícitas desde hace muchos años, por la que transitan grupos que, suponemos, van a Bolivia y Brasil", dijo Quicque.

La zona que, además, puede estar siendo afectada por el avance de la interconexión vial entre las localidades de Puerto Esperanza e Iñapari.

"Aún no tenemos la certeza de por qué se acercaron, hubo un nivel de diálogo, pero más fue para solicitar algunos productos y exigirlos, con fuerza; dijeron que por el momento no era su interés entrar en Monte Salvado, porque han visto de cerca la vida actual de las comunidades y no quisieran llevar esa vida, eso respondieron", explicó.

La presencia de los indígenas causó temor entre los pobladores de Monte Salvado, pues los mashco piro permanecieron unos tres días cerca de la comunidad armados con flechas y arcos, e incluso llegaron a sobrepasar la centena durante una jornada.

Según datos de la Fenamad, existen entre 600 y 1.000 mashco piro, que habitan en una de las cinco reservas territoriales para indígenas en aislamiento voluntario en Perú, ubicada en Madre de Dios.

Los mashco piro son un grupo nómada, tienen un sistema inmunológico vulnerable y se comunican en la lengua yine, la cual según Quicque no comprenden en su totalidad las comunidades aledañas a la reserva.

Quicque recordó que la fiebre del caucho fue una mala experiencia de los indígenas de Madre de Dios con el mundo occidental, debido al choque cultural, la depredación de su entorno, la explotación y las matanzas.

Ante esto, muchas comunidades indígenas decidieron internarse en la selva.

"Después del genocidio que hubo con el 'boom' del caucho, algunos grupos optaron por volver a su estado natural; es cierto que hubo un gran exterminio por la situación inmunológica y las defensas débiles ante enfermedades comunes para nosotros, como la gripe o los males del estómago", relató Quicque.

En los años 50 del siglo pasado se produjeron otras grandes epidemias que afectaron a los pueblos nativos de Madre de Dios, como el suyo, los Arakmbut, que pasaron de tener unos treinta mil miembros a seis o siete mil en la actualidad.

Para evitar que esta amenaza se repita en la actualidad, Quicque pidió al gobierno que aplique las normas ya existentes.

"Nosotros, los pueblos indígenas, somos seres humanos y al menos pedimos al gobierno que tenga consideración en la defensa de la vida humana, como reconoce nuestra Constitución, y no sobreponga intereses económicos y deje de promocionar actividades extractivas encima de estos pueblos, encima de la vida humana", invocó.

El dirigente denunció que algunas autoridades niegan la existencia de pueblos aislados y no contactados en las reservas amazónicas y pidió que las leyes "conviertan en una política pública la protección de estos pueblos".

"Hay que respetar el tema de la autodeterminación, en algún momentos ellos querrán insertarse en la sociedad", concluyó.

Según datos de la Fenamad, Perú es el segundo país en el mundo que alberga la mayor cantidad de pueblos aislados de forma voluntaria, ya que tiene a unos veinte de ellos en su Amazonía.

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