Todos contra Rajapaksa en las elecciones de Sri Lanka

  • Sri Lanka acude este jueves a las urnas para decidir quién será su presidente durante los próximos seis años en unas elecciones que han quedado configuradas como un todos contra Mahinda Rajapaksa, el gobernante que lleva una década en el poder y que ha pasado de incontestable favorito a superable contendiente.

Colombo, 6 ene.- Sri Lanka acude este jueves a las urnas para decidir quién será su presidente durante los próximos seis años en unas elecciones que han quedado configuradas como un todos contra Mahinda Rajapaksa, el gobernante que lleva una década en el poder y que ha pasado de incontestable favorito a superable contendiente.

Si Rajapaksa hubiera sabido hace apenas un mes y medio que los comicios que estaba adelantando dos años confiado en que su capital político le permitirían renovar fácilmente su mandato iban a llegar a su recta final como lo están haciendo, tal vez se lo hubiera pensado los veces.

Un hombre de su confianza, Maithripala Sirisena, secretario general hasta noviembre del Partido de la Libertad de Sri Lanka (SLFP) de Rajapaksa, se ha convertido a lo largo de las últimas siete semanas en un aspirante que ha sabido sumar opositores y oficialistas disconformes.

Es ya un candidato no sólo incómodo sino con opciones de poner fin a una década de gobierno del controvertido presidente cingalés, lo que ha provocado una de las campañas electorales más violentas que se recuerdan en el país isleño.

La decisión será de los 15.044.490 ceilandeses con derecho a voto llamados a los 12.021 centros electorales para elegir a su presidente entre 17 aspirantes, incluidos Rajapaksa, que encabeza la Alianza para la Libertad del Pueblo Unido (UPFA), y Sirisena, también al frente de la Nuevo Frente Democrático (NDF) que integran 40 partidos opositores.

Ambos llegan apretados a la recta final de acuerdo con dos encuestas locales: una da la victoria a Rajapaksa y la otra a Sirisena por idéntico margen de tres puntos.

Incidentes violentos, heridos, acusaciones de abuso de poder... el último mes ha sido muy agitado en Sri Lanka con los dos candidatos lanzados a la caza del electorado.

Sirisena ha ido creciendo en las encuestas acusando a su contrincante de corrupción y nepotismo, al tiempo que su propuesta electoral iba recibiendo el apoyo de hasta 25 diputados del bloque gubernamental que se han pasado al lado opositor.

El transfuguismo se ha colado en el Gabinete de Rajapaksa y varios ministros han seguido a Sirisena, hasta noviembre encargado de la cartera de Salud. Dos líderes opositores se sumaron a la candidatura gubernamental en el mismo periodo.

Con una propuesta similar a la de Rajapaksa, Sirisena ha tratado de conquistar a un público para el que no es desconocido y que ha votado fielmente al presidente durante los últimos diez años: el representado por la mayoría budista del país (un 70% de la población).

Además, ha ido recibiendo adhesiones de las minorías musulmana y tamil; la primera debido a los ataques sufridos por parte de grupos extremistas budistas que en su opinión no fueron atajados por Rajapaksa, y los segundos porque pertenecen al norte, una zona con aspiraciones independentistas sin futuro con el actual presidente.

La oposición se ha alineado en torno a la idea de que la Presidencia Ejecutiva que Rajapaksa sacó adelante con una enmienda constitucional que le otorga muchos más poderes que los previstos para un gobernante debe acabar.

Sin embargo, la influencia del presidente entre los cingaleses es muy elevada, al igual que su capital político en un país que ha venido creciendo de manera estable en los últimos años por encima del 7% y ha visto inversiones en infraestructuras.

Rajapaksa ha insistido hasta la saciedad en que Sirisena es un traidor y ha tratado de convencer incluso a los tamiles que tan poca simpatía le tienen diciendo que es mejor votar "al diablo conocido" que al "ángel por conocer".

En la campaña ha habido más que palabras con 173 episodios de violencia serios en los que 62 personas han tenido que ser hospitalizadas, según la organización Acción del Pueblo por unas Elecciones Libres y Justas, e incluso Sirisena denunció un intento de atentado.

La organización Crisis Group expresó en un comunicado que la mayoría de los ataques estuvieron dirigidos contra miembros de la oposición y alertó de que la posibilidad de una victoria de la oposición eleva el riesgo de fraude y de la estabilidad postelectoral con más violencia.

El presidente ha asegurado que, si llega a perder, entregará pacíficamente el poder a Sirisena, pero aún así no hay respuesta a la incertidumbre sobre qué ocurrirá en un escenario de triunfo de cualquier de las dos partes por estrecho margen.

El comisionado electoral, Mahinda Desapriya, advirtió anoche de que la violencia ha aumentado en los últimos días e incluso amenazó con ordenar la repetición de los comicios en las zonas donde esta se pueda producir.

Con una recta final no apta para cardíacos, el astrólogo personal de Rajapaksa tuvo que ser internado el pasado sábado en un hospital.

Sin embargo, de acuerdo con el diario Daily Mirror de Colombo ya se encuentra en su casa y "no fue ingresado por un ataque al corazón sino por un dolor en el pie".

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