Túnez, 7 mar.- A falta de 24 horas para que venza el plazo para la formación de un nuevo Ejecutivo en Túnez, tres de las seis formaciones políticas que mantenían contactos para la constitución de un nuevo Ejecutivo se han retirado de las negociaciones.
El portavoz del bloque parlamentario "Libertad y Dignidad", Abderrazak Jululi, declaró hoy que su movimiento "no integrará la próxima coalición gubernamental", con lo que se suma a la iniciativa tomada horas antes por la "Alianza Democrática", y que ya el martes anunció el "Movimiento Wafa".
Tras la retirada de estas tres agrupaciones, la responsabilidad de diseñar un nuevo ejecutivo vuelve a recaer en los tres socios del antiguo gobierno: el movimiento islamista Al Nahda, del primer ministro Ali Laridi; el Congrego Por la República (CPR, centrista laico) y el izquierdista Takatol.
A pesar de estas retiradas, Laridi manifestó anoche a una radio local su optimismo, debido a que, según declaró, se ha alcanzado "un cierto acuerdo en la mayoría de los nombres de los nuevos ministros".
Sin embargo, Laridi también reconoció que "existen algunos puntos en litigio" que serán tratados en una última reunión, prevista para esta tarde.
Al Nahda, que cuenta con 89 diputados de los 217 que componen el parlamento y el CPR, del presidente tunecino, Moncef Marzuki, parecen ser los partidos más comprometidos con la iniciativa de Ali Laridi.
No obstante, el Takatol, del presidente de la Asamblea Nacional Parlamentaria (ANC), Mustafá Ben Yafar, parece que alberga dudas sobre su permanencia en la coalición gubernamental, según declaraciones de su dirigente y ministro de Asuntos Sociales, Jalil Zawia.
Mañana, viernes, concluye el plazo de 15 días que contempla la ley tunecina para la presentación del nuevo gobierno al jefe del Estado, que a su vez debe encomendar su aprobación al Parlamento.
La formación del nuevo equipo tiene lugar en un momento de profunda crisis política, que se agravó el pasado 6 de febrero tras el asesinato del dirigente de izquierda Chukri Bel Aid.
La falta de seguridad, sumada al aumento de la violencia en todo el país, así como la inflación económica, han provocado también una agravamiento del descontento social que se ha manifestado en una caída de Al Nahda en los últimos sondeos de opinión.
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