Tribunal francés investiga a una empresa por complicidad en torturas en Libia

  • El Tribunal de Gran Instancia de París abrió hoy una investigación judicial contra la compañía francesa Amesys, filial del grupo informático Bull, acusada de complicidad en actos de tortura en Libia por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y la Liga de Derechos Humanos (LDH).

París, 21 may.- El Tribunal de Gran Instancia de París abrió hoy una investigación judicial contra la compañía francesa Amesys, filial del grupo informático Bull, acusada de complicidad en actos de tortura en Libia por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) y la Liga de Derechos Humanos (LDH).

Ambas asociaciones mostraron su satisfacción por esta investigación, pero lamentaron los siete meses transcurridos desde que el pasado octubre denunciaron la venta, en 2007, de un sistema de espionaje a los ciudadanos por parte de Amesys al ahora derrocado régimen de Muamar el Gadafi.

"Es inesperado y al mismo tiempo sabíamos que teníamos un fundamento jurídico muy sólido" y que era muy difícil desestimarlo, dijo a Efe la abogada de la FIDH, Clemance Bectarte.

Resaltó que "todo el mundo sabía que la represión en Libia no se detuvo nunca" y esta investigación, que conlleva el nombramiento de un juez de instrucción que trabajará en Francia y en Libia, "permitirá aclarar el período que precedió a la sublevación".

La instrucción ha sido confiada al departamento especializado "en crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio", recientemente creado en el seno del Tribunal de Gran Instancia de París.

En diciembre de 2007, el entonces presidente francés, el conservador Nicolas Sarkozy, fue uno de los dirigentes europeos que recibieron con todos los honores al dictador libio, con quien anunció la firma de una serie de contratos por un monto de unos 10.000 millones de euros en ámbitos como la defensa, el transporte y la energía.

En octubre pasado, la FIDH y la LDH se querellaron "contra X" (sin identificar un supuesto responsable concreto) en relación con la venta de un sistema de vigilancia de las comunicaciones por internet que permitió a Gadafi espiar a millones de libios entre 2008 y 2011, así como detener y torturar a numerosos ciudadanos.

"La cuestión que se plantea es si se pueden cerrar acuerdos comerciales" con regímenes dictatoriales como era el de Gadafi, apuntó Bectarte.

Agregó que esta no es una causa "directamente contra las autoridades francesas", pero permitirá averiguar si el acuerdo de Amesys se hizo con su acuerdo y aval.

En 2007, "todo el mundo rehabilitó a Gadafi, mientras que se sabía muy bien que la represión continuaba y eso es escandaloso", recalcó la abogada.

Subrayó que la justicia internacional y libia se concentran ahora ante todo en los crímenes cometidos a partir de febrero de 2011 y esta instrucción permitirá ver qué ocurrió en ese otro período.

En el origen de la querella se encuentra la investigación realizada por varios periodistas del diario "The Wall Street Journal" que encontraron en el antiguo centro de vigilancia de las comunicaciones del régimen de Gadafi documentos y manuales en inglés del sistema de escuchas a gran escala de Amesys, recordaron la FIDH y la LDH en un comunicado.

La filial del grupo informático Bull vendió en 2007 un sistema de interceptación de comunicaciones, llamado Eagle, que asociado al programa informático Glint permitió grabar, descodificar, almacenar y distribuir comunicaciones por internet, satélite o teléfono fijo y móvil.

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