El caso se remonta al desalojo de decenas de campesinos que habían ocupado unas tierras del norte de Paraguay para pedir su integración en la reforma agraria. Durante la actuación policial se produjo un tiroteo que causó la muerte de once civiles y seis agentes.
La Justicia paraguaya ha procesado a once campesinos acusados de la muerte de los policías --la Fiscalía no ha investigado los otro once fallecimientos-- y ha dictado este lunes condenas para todos ellos, en una accidentada lectura de penas en la que no han faltado los gritos ni las increpaciones.
Rubén Villalba, considerado el líder del grupo, ha recibido la sentencia más dura al ser condenado a 30 años de cárcel y a otros cinco de medidas especiales. Luis Olmedo ha sido sentenciado a 20 años, mientras que Arnaldo Quintana y Néstor Castro, a 18 cada uno.
Para otros tres acusados --Fanny Olmedo, Dolores López y Lucía Agüero--, los magistrados han dictado sendas penas de seis años de prisión, mientras que cuatro más --Felipe Benítez, Adalberto Castro, Alcides Ramírez y Juan C. Tillería-- han quedado en libertad tras recibir condenas de cuatro años.
El juez Ramón Trinidad Zelaya ha desmentido que el tribunal hubiese recibido "orientaciones" y ha lamentado el "ambiente de desinformación" que ha cundido entre la ciudadanía por los supuestos intereses que se han generado en torno al proceso. El fallo completo se conocerá el próximo lunes, 18 de julio.
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