Tributo de la canciller alemana a los soldados caídos en una "misión más difícil de lo imaginado"

  • Berlín.- La canciller alemana, Angela Merkel, rindió hoy tributo a los tres soldados germanos muertos el Viernes Santo en Afganistán, en una misión que, admitió, es "más difícil de lo que imaginamos nadie" cuando empezó en 2002, pero que calificó de "imprescindible" en la lucha contra el terrorismo internacional.

Tributo de la canciller alemana a los soldados caídos en una "misión más difícil de lo imaginado"
Tributo de la canciller alemana a los soldados caídos en una "misión más difícil de lo imaginado"

Berlín.- La canciller alemana, Angela Merkel, rindió hoy tributo a los tres soldados germanos muertos el Viernes Santo en Afganistán, en una misión que, admitió, es "más difícil de lo que imaginamos nadie" cuando empezó en 2002, pero que calificó de "imprescindible" en la lucha contra el terrorismo internacional.

"Todos los diputados y miembros del Gobierno hemos dudado alguna vez, nos hemos preguntado por qué mandamos a nuestros jóvenes a esas tierras lejanas. Ello no quita que nuestro apoyo a la misión sea firme y consciente porque de ella depende que Afganistán no vuelva a estar bajo el dominio talibán y de Al Qaeda", afirmó.

Merkel pronunció estas palabras en el funeral por los tres soldados oficiado en la iglesia de San Lamberto de la pequeña localidad de Selsingen (Baja Sajonia, norte del país), de cuyo batallón de paracaidistas procedían los militares.

La jefa del Gobierno reiteró que, hoy por hoy, no puede darse una fecha concreta para la retirada del contingente porque "sería irresponsable".

Ratificó, sin embargo, que la nueva estrategia para Afganistán contempla la transferencia gradual de responsabilidades a las fuerzas afganas y que la intervención militar debe ir pareja a la reconstrucción civil.

"Me inclino ante ellos. Alemania se inclina ante ellos", dijo la canciller al cerrar su intervención en la ceremonia, presidida por los tres féretros y las fotografías de los soldados.

Esta es la primera vez que la canciller asiste a un funeral por soldados alemanes caídos en Afganistán y se produce tras el cambio de actitud oficial de su Gobierno respecto a la situación en ese país, donde hasta ahora se había hablado de "conflicto armado", pero para el que desde esta semana la misma Merkel utiliza el término "guerra".

Los tres soldados fallecieron en una emboscada talibán en la región de Kunduz (norte de Afganistán), en los combates más encarnizados en que hasta entonces se había visto envuelta una patrulla alemana desde que empezó su intervención en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), en 2002.

A la muerte de esos militares siguió, horas después, las de seis soldados afganos por fuego accidental de tropas alemanas que acudían al lugar para reforzar sus posiciones.

Ambos incidentes desataron una fuerte discusión acerca de la preparación de los soldados para esa misión, acentuada por las denuncias del defensor del soldado en el Parlamento, Reinhold Robbe, y las quejas expresadas desde la compañía de los tres soldados fallecidos, que habían llegado a Kunduz a mediados de marzo.

Desde el inicio de la misión de la ISAF han muerto 39 soldados alemanes en Afganistán, veinte de ellos en combates o atentados y el resto de forma accidental.

Alemania tiene 4.300 efectivos desplegados en el norte de Afganistán y forma así el tercer contingente de la ISAF, tras EEUU y el Reino Unido.

La cámara baja del Parlamento (Bundestag) aprobó el pasado enero por abultaba mayoría el nuevo mandato para la misión en Afganistán, que ampliaba el contingente máximo hasta 5.350 soldados.

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