Ankara, 3 abr.- Cuando aún no se han hecho públicos los resultados oficiales de las municipales del domingo, Turquía ha abierto el debate sobre las elecciones presidenciales de este verano, con la duda de si el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, luchará por el cargo.
El propio presidente, Abdullah Gül, dio el miércoles por la noche el pistoletazo de salida a la precampaña, al declarar durante su viaje a Kuwait que había "llegado el momento de hablar sobre la presidencia" con Erdogan, según recogen hoy los medios turcos.
El espaldarazo del 45,5 por ciento de los votos que recibió el domingo en las urnas el partido gubernamental, el islamista Justicia y Desarrollo (AKP), refuerza la posición de Erdogan y le da argumentos para aspirar a ser jefe del Estado.
Aunque se trata de un cargo más bien representativo, sin poder directo, muchos analistas consideran que Erdogan seguiría manejando los destinos del país a través de su partido.
La fecha límite para las elecciones -aún no fijadas- es el próximo 27 de agosto y el presidente se elegirá por primera vez mediante el voto popular directo en dos vueltas.
Si decide presentarse, Erdogan tendrá que abandonar el Ejecutivo y el partido y Gül encargaría al nuevo líder del AKP la formación de Gobierno.
El modelo más invocado en la prensa turca es el llamado "Putin-Medvedev", en el que Erdogan asumiría la presidencia mientras que Gül, antiguo compañero de partido y cofundador del AKP, pasaría más tarde a ser primer ministro.
Gül ha mostrado en los últimos meses públicamente su desacuerdo con varias decisiones de Erdogan, como la de bloquear las redes sociales Twitter y Youtube, pero aseguró que la candidatura se planificaría por consenso y "sin sorpresas".
El actual presidente descartó adelantar las elecciones generales, previstas para 2015, para hacerlas coincidir con las presidenciales, un escenario que algunos analistas tienen aún por posible, porque la previsible ralentización de la economía turca y la subida de la inflación podrían debilitar al AKP el próximo año.
Adelantar los comicios impediría que Gül asumiera el cargo de primer ministro, dado que no puede ser candidato mientras siga siendo presidente.
Pese al sólido resultado en las municipales, que tuvieron tintes de plebiscito sobre Erdogan, el primer ministro necesitaría superar el 50 por ciento para ganar las presidenciales, algo posible si el partido prokurdo BDP se alinea con él, un apoyo que depende de que el Gobierno amplíe en los próximos meses los derechos de los kurdos.
Otra opción es que Gül repitiera como presidente y Erdogan como primer ministro en 2015.
Para ello tendría que modificar los estatutos de su partido, que prevén un máximo de tres legislaturas consecutivas para cualquier cargo, una posibilidad que ya ha insinuado.
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