Un alto funcionario cubano rechaza en Miami acusaciones de abuso a presos

  • Un alto funcionario cubano, que llegó a EE.UU. en 2010 y reside en Miami, negó a medios locales que maltratara y abusara de presos en el ejercicio de su cargo en Cuba, y criticó a dos abogados de esta ciudad que piden a la Fiscalía que investigue su entrada en este país.

Miami (EE.UU.), 2 nov.- Un alto funcionario cubano, que llegó a EE.UU. en 2010 y reside en Miami, negó a medios locales que maltratara y abusara de presos en el ejercicio de su cargo en Cuba, y criticó a dos abogados de esta ciudad que piden a la Fiscalía que investigue su entrada en este país.

En una carta publicada íntegra hoy por el portal Café Fuerte, Crescencio Marino Rivero, de 71 años, afirma que nunca fue jefe de prisión alguna y que su función se limitaba a "supervisar y controlar el actuar jurídico de los funcionarios del sistema penitenciario de la provincia de Villa Clara" (Cuba).

Rivero, que también es abogado, negó igualmente este jueves a América TeVe-Canal 41 cualquier implicación en el maltrato a presos políticos y cargó contra los abogados cubano-estadounidenses Willy Allen y Santiago Alpízar, quienes han pedido a la Fiscalía que investigue el caso.

El Nuevo Herald señala hoy en referencia al alto funcionario del Minint (Ministerio del Interior de Cuba), al que se refiere como "exrepresor cubano", que el disidente Guillermo Fariñas y los exprisioneros políticos Rafael Pérez y Benito Ortega lo acusan de "negar tratamiento médico a un recluso de conciencia, proferir amenazas de muerte y ordenar golpizas, incluso contra una mujer embarazada".

Sin embargo, Rivero, que reconoce que hasta 1996 fue jefe del Departamento Jurídico del Minint, tacha en su carta de mentiroso a Fariñas "cuando expresó que en 1998" le arrancó de sus brazos las "agujas intravenosas en un brote de cólera".

"Yo ya estaba fuera del Minint" y, además, "si algo constituye un motivo de atención especial en el sistema penitenciario (cubano) es una huelga de hambre", resaltó Rivero, quien vive en La Pequeña Habana de Miami con su mujer, también abogada.

Entre las mentiras que Rivero atribuye a Fariñas figura la de citarlo en su oficina y amenazarlo con "pegarle un tiro si no cambiaba su tesis doctoral de Psicología". "Fariñas es un gran mentiroso que quiere ganar puntos en su posición política", añade.

A continuación, asegura en la carta que el disidente cubano, premio Sájarov 2010 que entrega el Parlamento Europeo, "vive, como otros muchos llamados disidentes, del dinero de los contribuyentes norteamericanos o europeos que les envían para sus actividades de enfrentamiento al Gobierno de Cuba".

El caso de Rivero saltó a los medios recientemente, cuando los abogados Allen y Alpízar contactaron con la Fiscalía para conocer cómo fue posible que se le permitiera la entrada en territorio estadounidense, junto con su esposa, Juana Ferrer, sin considerar "sus antecedentes ni los cuestionamientos de los opositores", indica El Nuevo Herald.

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