Imposible no pensar: será en el Millennium Stadium de Cardiff el 11 de octubre cuando se juegue la suerte de este grupo con un acento muy europeo, en un Francia-Irlanda que se anuncia disputado.
Lo que está en juego es importante: el vencedor evitará sin duda un cuarto de final contra el primero del Grupo C, a priori el actual campeón del mundo, Nueva Zelanda, y enfrentarse a Argentina, que sobre el papel es más asequible.
Para el XV de Francia, que espera acabar con tres años y medio de crisis, se tratará de ser vigilante de entrada frente a Italia el 19 de septiembre en Twickenham.
Los hombres de Philippe Saint-André, cuyo balance es mediocre (16 victorias, 2 empates, 21 derrotas desde el último Mundial), se acordarán sin duda de que fueron derrotados por los Azzurri en Roma en 2013.
Finalista en 2011 frente a Nueva Zelanda, que ganó con apuros en el Eden Park de Auckland (8-7), el XV de Francia querría reencontrar la alegría en la edición inglesa del Mundial, apostando por dos meses de preparación intensiva y la llegada a la madurez de su joven generación.
Los Bleus creen en una subida en potencia durante la competición hasta el partido frente al XV del Trébol.
Para los hombres de Joe Schmidt, se trata de mantener la dinámica de estos dos últimos años, que ha visto a Irlanda imponerse como la potencia mayor del continente.
Irlanda nunca ha superado los cuartos de final en la Copa del Mundo y este año puede ser el bueno.
¿Cómo dudar tras dos victorias consecutivas en el Torneo de las Seis Naciones (2014, 2015) gracias a un juego bien aceitado, con sus mejores jugadores en plenitud y un jefe de orquesta de excepción como Jonathan Sexton?
No parece que Rumania, Canadá e incluso Italia puedan plantear problemas a los irlandeses y podrán abordar le cita de Cardiff con confianza, con dos victorias y dos empates contra los Bleus en cuatro años.
¿La Squadra Azzurra podrá dar la sorpresa? Su preparación, que comenzó con una huelga de jugadores y una derrota contra Escocia el 29 de agosto (48-7) no parece una buena señal.
Detrás, su capitán Sergio Parisse, parece solo en el desierto y necesita compañeros capaces de subir su nivel para dar la sorpresa y alcanzar los cuartos de final.
Para Rumania y Canadá, será sobre todo una cuestión de honor. Las dos naciones se enfrentarán el 6 de octubre, sin duda para lograr la victoria del honor.
Y meterán presión a Italia en busca de una segunda victoria y hacerse con una eventual tercera plaza, sinónimo de clasificación directa para el próximo Mundial.
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