Un estudio desvela que faltan abejas para polinizar la superficie cultivada en la UE

    • Las políticas agrícolas y el uso de biocombustibles ha incrementado la superficie cultivada en la UE.
    • La actividad de las abejas fue insuficiente para atender el 90% de las demandas en 22 países estudiados.
Un estudio desvela que faltan abejas para polinizar la superficie cultivada en la UE
Un estudio desvela que faltan abejas para polinizar la superficie cultivada en la UE
M. G.
M. G.

La disminución de polinizadores tales como las abejas en toda Europa ha extendido la preocupación por el sostenimiento de los servicios de polinizaciónbásicos para la agricultura. La situación de estossimpáticos insectos himenópteros es de riesgo, a pesar de quese está promoviendo el uso de pesticidas no agresivos con ellos, y se ha comenzado a investigar el modo de medir su estado de salud en las colmenas.

Al mismo tiempo, las políticas agrícolas y el uso de biocombustibles de la UE han fomentado el crecimiento sustancial de la superficie cultivadaque precisan de la polinización de insectos en todo el continente.

Utilizando datos de 41 países europeos, un grupo de investigadores ha realizado un estudio publicado por la revista Plos One en el que demuestra que el número recomendado de abejas necesarias para proporcionar la polinización de cultivos en toda Europa ha aumentado 4,9 veces más rápido que las poblaciones de abejas, entre 2005 y 2010.

En consecuencia, la actividad de las abejas fue insuficiente para suministrar más del 90% de las demandas en 22 de los países estudiados. Estos resultados plantean una preocupante situación sobre la capacidad de muchos países para hacer frente a grandes pérdidas de polinizadores silvestres y destaca las numerosas deficiencias críticas que existen en la administraciones públicas acerca de la comprensión de los mecanismos de polinización, los que apunta una necesidad apremiante de nuevas investigaciones sobre este tema.Crecen las abejas, pero no al ritmo necesario

Las existencias totales de abejas en los 41 países del estudio se incrementaron en un 7% entre 2005 y 2010, pasando de 22,5 millones de colonias a 24,1 millones de colonias, con incrementos más fuertes en los países del sur de Europa, donde la apicultura es más común (Figura 1a).

Aunque las reservas nacionales de abejas subieron más del doble en Georgia, Dinamarca y Malta, en 15 países experimentaron descensos de entre el 4% (Eslovenia) y el 47% (Suiza).

En esta área de estudio, la superficie total de cultivos necesitados de polinización por abejas de miel aumentó un 17%, desde las 23,1 millones de hectáreas a las 27,1 millones de hectáreas.La superficie de cultivo de polinización aumentó en la mayoría de los países (32) (fig. 1B), pero el crecimiento fue particularmente alto en los países del norte de Europa como Finlandia (91%) y Lituania (70%).

Por el contrario, en algunos países principalmente del sur de Europa vieron importantes reducciones de su superficie cultivada, especialmente Georgia (-62%) y Chipre (-39%).

El trabajo ha sido realizado por un equipo internacional formado por:

Tom D. Breeze y Simon G. Potts del Centre for Agri-Environmental Research de la Universidad de Reading, Reino Unido.

Bernard E. Vaissière, del Institut National de la Recherche Agronomique, de Avignon,Francia.

Riccardo Bommarco, de la Swedish University of Agricultural Sciences de Uppsala, Suecia.

Theodora Petanidou, del Departmento de Geografía de la Universidad del Egeo, Mytilene, Grecia.

Nicos Seraphides, del Cyprus Agricultural Research Institute de Nicosia, Chipre.

Lajos Kozák, del departamento de Conservación Natural y Zoología de la University of Debrecen, en Hungría.

Jeroen Scheper y David Kleijn, del equipo de ecología animal de Alterra, Wageningen, Paises Bajos.

Jacobus C. Biesmeijer, del Naturalis Biodiversity Center ubicado en Darwinweg, Paises Bajos.
David Kleijn, del Resource Ecology Group de la Wageningen University, Paises Bajos.
Steen Gyldenkærne, del Danish Centre for Environment and Energy, de la Aarhus University, Dinamarca.
Marco Moretti, del Federal Institute for Forest, Snow and Landscape Research, de Bellinzona, Suiza.
Andrea Holzschuh e Ingolf Steffan-Dewenter de la Universidad de Würzburg, Alemania.
Jane C. Stout, del Trinity Centre for Biodiversity Research de Dublin, Irlanda.
Meelis Pärtel y Martin Zobel, del Institute of Ecology and Earth Sciences, University of Tartu, Estonia.

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