Un juez alude a una canción de los Payasos de la Tele para fallar un litigio

  • El juez de Tenerife que fue denunciado por dictar una sentencia en verso ha recurrido al estribillo de una de las más famosas canciones de Gabi, Fofó y Miliki para dirimir el litigio entre dos editores de Canarias por el apelativo de "Don Pepito" que uno emplea para dirigirse al otro.

Santa Cruz de Tenerife, 27 mar.- El juez de Tenerife que fue denunciado por dictar una sentencia en verso ha recurrido al estribillo de una de las más famosas canciones de Gabi, Fofó y Miliki para dirimir el litigio entre dos editores de Canarias por el apelativo de "Don Pepito" que uno emplea para dirigirse al otro.

El juez de Primera Instancia número 9 de Santa Cruz de Tenerife, Alvaro Gaspar Pardo de Andrade, ha reconocido que el director de el periódico "El Día", José Rodríguez, tiene derecho a sentirse ofendido cuando el director de "Canariasahora.es", Carlos Sosa, se refiere a él de forma reiterada con ese diminutivo, por lo que ordena a este que se abstenga de seguir empleando ese apelativo.

El magistrado argumenta que "Don Carlos" sabe ahora "a ciencia cierta" que a "Don José" le molesta que lo llamen "Don Pepito", por lo que concluye que no será su Juzgado el que le extienda un "patente lis de corso" para seguir haciéndolo.

"Don Carlos, haga el honor. Respire, cuente hasta tres, luego ensaye ante el espejo: a Dios Don Pepito, hola Don José", responde el magistrado a Sosa en los fundamentos de la sentencia, ante la demanda de protección de derecho al honor presentada por Rodríguez.

El director y editor de "El Día", periódico líder en la prensa tinerfeña, consideraba en su demanda que el llamarle "Don Pepito", como escribía Carlos Sosa en "Canariasahora.es", era una intromisión ilegítima en su derecho al honor y pedía que fuera condenado a dejar de emplear ese apelativo y a indemnizarle con 4.000 euros.

El juez añade que "no puede darle razón del todo" y desestima su solicitud de una indemnización.

El juez Pardo de Andrade ya ha protagonizado polémicas anteriores por el tono de sus sentencias, como la que dictó en verso para resolver la demanda de una azafata de vuelo contra una academia.

La Audiencia Provincial de Tenerife, al revisar en apelación esa sentencia, le advirtió de que no compartía la forma como estaba redactada, y la Inspección del Consejo General del Poder Judicial pidió que se le abriera un expediente por ella, pero la queja fue finalmente archivada por su Comisión Disciplinaria.

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