Un libro recoge 1.001 curiosidades de la ciudad de Barcelona

  • Barcelona.- Averiguar el domicilio del verdugo oficial de la Barcelona medieval, saber que la capital catalana tuvo el edificio más alto del mundo o descubrir dónde vivió Miguel de Cervantes cuando visitó la ciudad son algunas de las cosas que revela el libro "1.001 curiosidades de Barcelona".

Barcelona.- Averiguar el domicilio del verdugo oficial de la Barcelona medieval, saber que la capital catalana tuvo el edificio más alto del mundo o descubrir dónde vivió Miguel de Cervantes cuando visitó la ciudad son algunas de las cosas que revela el libro "1.001 curiosidades de Barcelona".

Silvia Suárez, filóloga, argentina residente en Barcelona desde hace 34 años y coautora del libro, ha explicado a Efe que "en ningún caso se trata de un libro de historia, sino de un intento de hacer más ameno el conocimiento de la ciudad".

Suárez, que ha contado con la colaboración de la periodista Anna-Priscila Magriñá, confiesa que "se ha apasionado" en la elaboración del libro, que en sus 262 páginas desgrana anécdotas, leyendas y rarezas que se esconden en las calles de Barcelona.

Las autoras descubren por ejemplo que Barcelona tiene más de 5.000 nombres de calles, plazas, avenidas y pasajes, ocho de ellas tienen una sola letra, y 179 están dedicados a santos y santas.

Tras escudriñar una cuarentena de libros de historia, fisgonear durante horas en hemerotecas, bucear intensamente por internet y callejear durante semanas por "una ciudad que respira historia", las dos autoras recopilan anécdotas, leyendas y rarezas.

En la Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, larguísimo nombre de la ciudad que el emperador Augusto creó como una colonia para los veteranos del ejército y que los musulmanes llamaron después Madinat Barshaluna, el libro recuerda por ejemplo que el ayuntamiento actual se construyó en 1369 sobre los restos de una gran mezquita.

O que entre la capilla y el museo de la plaza del Rey hay una puerta de vidrio que era la vivienda del verdugo que, como no podía vivir ni dentro ni fuera de la ciudad, vivía en un habitáculo en la muralla.

Otra leyenda es que el edificio más alto del mundo estuvo en Barcelona, según creían los barceloneses en el año 1555 cuando contemplaban el mirador del Rey Martí, una torre de cinco pisos que está entre el palacio del Lugarteniente y el Salón del Tinell del Palacio Real Mayor.

El paseo de Gracia nació en 1824 como la calle más ancha de la ciudad, tiene 42 metros de anchura y unía Barcelona con el antiguo pueblo de Gracia y el Paralelo fue "la calle más festiva" puesto que llegó a albergar al mismo tiempo 10 teatros y 3 music-hall, además de numerosos restaurantes y bares, son otras de las curiosidades recogidas en el libro.

Pocos barceloneses saben que la catedral de Barcelona tiene 250 gárgolas o que en el año 1350 Pedro el Ceremonioso prohibió que hubiera prostíbulos a menos de cuarenta pasos de las iglesias próximas a las Ramblas.

También son desconocidas las "carasses" que aún se conservan esculpidas en algunas calles del casco antiguo, unas caras de mujer que informaban de la existencia de un prostíbulo próximo.

Probablemente muchos vecinos del barrio del Guinardó desconocen que el nombre del distrito proviene del nombre de una casa próxima, el Mas Guinardó, que perteneció al famoso bandolero Perot Rocaguinarda (1582-1635).

Este bandolero fue el más famoso de la época hasta el punto que Miguel de Cervantes lo hace aparecer en los capítulos 60 y 61 de la segunda parte del Quijote en el que el bandolero acompaña al hidalgo caballero en su visita a Barcelona.

Por cierto, que el libro invita a visitar el edificio número 2 del Paseo de Colón donde dice que vivió Cervantes cuando visitó Barcelona y que aún se conserva como era en el siglo XVI.

Una de las curiosidades que más atrajo a Silvia Suárez fue descubrir por qué la calle dels Petons (calle de los besos) se llama así. Resulta que este era el último lugar donde los condenados a la horca podían dar su último beso a familiares y amigos en Barcelona.

¿De dónde viene la tradición de celebrar las victorias del FC Barcelona en la Rambla de Canaletas? Pues, según las autoras del libro, tiene su origen en las oficinas del desaparecido periódico "La Rambla", que tenia por costumbre escribir las noticias de última hora en una pizarra situada en la calle, los curiosos se paraban a leerlos y si les interesaban lo suficiente compraban el periódico.

"Pronto comprobaron que los resultados de los partidos eran los que congregaban a más gente" y de ahí que los forofos culés se sigan congregando en el mismo lugar para celebrar sus victorias.

"Son pequeñas historias, anécdotas y curiosidades para hacer más accesible, más amena, la difusión de la historia de la ciudad", repite Suárez, que insiste en que "no es un libro de historia".

Paco Niebla

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