"Una parodia política": la indignación de los escoceses que no pueden votar

    • Los escoceses que viven fuera de su país natal, aunque hayan nacido y se hayan criado en Escocia, no tienen derecho a voto en la decisión del próximo jueves.
    • "Estoy en la lista de votantes en el extranjero, tengo derecho a votar en otras elecciones y no en esta, en esta cuestión crucialmente importante", explica Paul Gordon, residente en Madrid.
Una niña ondea la bandera escocesa en las calles de Aberdeen, Escocia a pocos días del referéndum
Una niña ondea la bandera escocesa en las calles de Aberdeen, Escocia a pocos días del referéndum
AFP

Ante el referéndum del próximo jueves, y con las campañas por el 'no' y por el 'sí' marcándose un último sprint, hay un gran sector de la población escocesa que tiene que dedicarse a ver lo que ocurre en su país desde la distancia. Y nunca mejor dicho. La distancia se hará aún mayor el próximo jueves, mientras sus compatriotas, los que se quedaron en casa, acuden a depositar sus votos.

Son los expatriados, los escoceses que viven fuera de su país natal, que no tienen derecho a voto en la decisión del próximo jueves. Paul Gordon es uno de ellos. Nacido en Glasgow,reside en Madrid desde hace muchos años.Dejó su país natal por trabajo, al igual que otros muchos jóvenes escoceses, pero vuelve a menudo a su país.Es uno de los, según algunas fuentes, 1,15 millones de escoceses en todo el mundo que van a ver, incapaces de hacer nada, cómo se desarrolla el futuro de su nación en las urnas.

"Me parece terrible, una parodia de la justicia.Los extranjeros que viven en Escocia pueden votar y yo no", cuenta Gordon, nacido y criado en Escocia. Además, explica, no pueden votar tampoco aquellos escoceses que viven en otras partes del Reino Unido, se calcula que unos 400.000. "Estoy en la lista de votantes en el extranjero, tengo derecho a votar en otras elecciones y no en esta, en esta cuestión crucialmente importante", explica, "no conozco cuales son los motivos exactos, pero me gustaría saber porqué nos han hecho esto", narra."Es una parodia de la justicia y la democracia", recalca. La decisión de sólo incluir en el referéndum a aquellos residentes en Escocia en el momento de la consulta fue alcanzada en el Acuerdo de Edimburgo.

Su posición respecto a la independencia es clara: "Estoy totalmente en contra", explica, "no hay ninguna necesidad de esto, es una locura. Alex Salmond ha lavado el cerebro a la gente durante 3,5 años, porque lo han permitido, no lo sé".

"La gente lleva tres años y medio escuchando la misma canción, y es algo que yo creo ha contribuido a esto", cuenta, y añade que cree que el resultado será un 'no' a la secesión. Pero aún así, la inquietud ha calado "mi madre está aterrorizada pensando en lo que puede pasar", cuenta, "no sabe en qué país se va a despertar este viernes". "Mi abuela, de 95 años, dice que después de tantos años juntos, de luchar juntos en la guerra, esto es una tontería, basura". "Es algo artificial que ha sido empujado y empujado, no hay necesidad de esto:es un salto al vacío".

Otra escocesa indignada con esta decisión es Julie Sheridan, residente en Barcelonadesde 2011. Nacida en Glasgow, vivió en la costa oeste de la nación y estudió en la Universidad de Glasgow, pasando después diez años trabajando en Edimburgo. "Es frustrante no poder votar en el referéndum. Nací y crecí en Escocia, aún tengo propiedad allí y probablemente vuelva en un futuro. Y aún así, no tengo voz en una decisión enormemente importante para mi país", explica.

"Si pudiera votar, votaría para mantener a Escocia en el Reino Unido (...) no me fío del nacionalismo como ideología. Definirse a si mismo en términos tan cerrados y negativos sólo puede llevar a un lugar oscuro, sombrío". "Si fuera un sí, afectaría mi relación con mi tierra natal, aún desde el extranjero. Empezaría a sentirme más alienada de mi propio país, creo, con toda mi familia y amigos afectados directamente por la catástrofe económica".

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