Vacuna sí, vacuna no: los especialistas aclaran las dudas sobre las dosis infantil

España ya tiene fecha oficial para que empiece de la campaña de vacunación de los niños y niñas de 5 a 11 años. Este miércoles la inmunización de los más pequeños dará comienzo con los cerca de 1,5 millones de dosis de la receta pediátrica que Pfizer ha hecho llegar a España. Lo hace en mitad de un nuevo arreón del Covid-19 en España, que registra ya varias semanas de un incremento constante de casos, alzando la incidencia a niveles de riesgo alto, con 381 casos a 14 días por cada 100.000 habitantes.

De nuevo, como ya ocurriera en verano con la población menor de 30 años, el grupo de edad que menos vacunación registra en cada ola es el que acaba acaparanado una mayor tasa de contagios. Según los últimos datos de Sanidad, los menores de entre 5 y 11 años presentan una incidencia de 617 casos, convirtiéndose en el blanco de la sexta. La situación es especialmente preocupante entre los niños de Navarra (2.396), País Vasco (2.012) o Aragón (1.407), un paso por delante de otros territorios como Galicia, Asturias o Castilla y León, donde este indicador supera los 800 casos. 

Ante esta situación, la Agencia Europea del Medicamento aprobó a finales de noviembre la vacuna pediátrica para la población de esta franja de edad, tras meses en los que el debate sobre si los riesgos de la vacunación superaban a los del propio virus se iba instalando en las familias. Unas dudas que, ahora que la posibilidad del pinchazo está en su mano, se han transformado en ciertos miedos sobre las hipotéticas consecuencias de las vacunas. 

"Entiendo perfectamente que tengan miedo, porque es una vacuna nueva, que apenas tiene un año, pero hemos acumulado una gran experiencia en este tiempo", asegura el miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Ángel Hernández Merino que, aún así, considera que los beneficios "superan a los riesgos".

¿Es segura?

La primera cuestión que recorrerá durante estas semanas las mentes de los padres y madres españoles es si el fármaco con el que pueden vacunar a los menores es segura. La dosis de Pfizer utiliza el mismo compuesto con el que se viene inyectando a las personas adultas, con ARN mensajero que provoca que el cuerpo produzca una proteina responsable de generar la respuesta inmunitaria al virus. 

"La vacuna es segura, todos los datos que tenemos hasta ahora muestran que tiene todos los requisitos de seguridad que se piden a este tipo de productos. No hay razones para el temor a efectos secundarios graves", señala Hernández Merino. Eso sí, este pediatra recuerda que, a la hora de hablar de fármacos, "la seguridad al 100% no se puede garantizar".

Uno de los efectos adversos que más se ha asociado con la dosis infantil ha sido la miocarditis -la inflamación del músculo cardiaco-, una patología que se ha detectado en mayores de 12 años con la inoculación de la vacuna, con una frecuencia de entre 1 y 5 casos por cada 100.000 personas inmunizadas. No obstante, el jefe asociado de pediatría del Hospital General de Villalba, Roi Piñeiro, señala las pocas posibilidades de que este problema se traslade a los niños.

"Considerando que la ocurrencia de la miocarditis asociada a las vacunas de ARNm disminuye con la edad de los niños, y teniendo en cuenta la menor dosis utilizada, es muy probable que el riesgo de esta complicación sea mucho menor", tranquiliza el peditra. Además, la miocarditis forma parte del cuadro de patologías asociadas al Covid-19.

"El riesgo de desarrollar miocarditis por la vacuna es menor que el de hacerlo por la enfermedad, además de ser más grave. El balance de riesgos y beneficios en este sentido es claramente favorable a la vacunación", incide Hernández Merino, que ha apuntado que el visto bueno por parte del colectivo pediátrico ha tenido lugar "una vez hemos tenido información suficente para poder posicionarnos de forma clara". 

Pfizer infantil tendrá una carga de diez microgramos del ARN mensajero, por los 30 microgramos de la utilizada en el resto de grupos de edad, con una efectividad del 91% para evitar el desarollo de la enfermedad con síntomas. El estudio que ha permitido a la EMA validar la vacuna sigue todavía en marcha, pero los resultados con cerca de 2.000 participantes, muestran que los efectos adversos son similares a los de los adultos: dolor en la zona del pinchazo, mareos, dolor de cabeza o fiebre, entre los más habituales.

¿Está justificada?

Uno de los primeros aspectos a los que se puede recurrir para justificar la decisión de no vacunar a los pequeños de entre 5 y 11 años es el escaso nivel de afectación que estos desarrollan con la enfermedad, que muchos pasan sin mostrar síntoma alguno de la enfermedad. Sin embargo, el riesgo, como recuerda el jefe asociado de pediatría del Hospital General de Villalba, "el riesgo cero no existe".

Según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Carlos III, 184 menores de diez años han tenido que ser hospitalizados por Covid desde octubre. "En la actualidad, hay enfermedades frente a las que estamos vacunando que tienen cifras similares o incluso inferiores", destaca para La Información Piñeiro. 

Los especialistas médicos también destacan el descenso esperado en la mortalidad de los más pequeños, pese a que las cifras de este grupo de edad siempre han sido ínfimas en comparación con la de los adultos. También apuntan que la vacunación favorecería el impacto del virus en la vida de las escuelas. "La distorsión de la vida escolar, con la interrupción de las clases presenciales puede tener un efecto a largo plazo en la vida de los niños", reflexiona el miembro de la AEP.

Por último, está el beneficio que generaría para alcanzar la ansiada inmunidad de grupo y reducir la transmisión a nivel social. En este sentido, el que fuera jefe del servicio de epidemiología de la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) entre 1994 y 2017, Joan Caylà, señala que la vacuna es una medida "con cierta lógica" para frenar una incidencia disparada hasta el momento. "En Estados Unidos y Canadá han avanzado en la vacunación de los niños y no se han observado efectos secundarios graves. Esto nos da mucha tranquilidad", apunta Caylà.

La última palabra la tendrán los padres y madres que desde esta semana podrán empezar a pedir la cita para que niños y niñas reciban su primera vacuna pandémica. "Dudar es tan lógico como necesario. Y en este caso no existe una decisión que sea correcta o incorrecta. Los padres tendrán libertad de elegir si quieren vacunar a sus hijos o no, y cualquier decisión debe ser respetada. También deberán asumir las consecuencias de su decisión", sentencia Piñeiro.