Veinte años de cárcel para un vecino de Torà (Lleida) que mató de un balazo a su mujer

  • Lleida.- La Audiencia de Lleida ha condenado a 20 años de prisión a Francisco Torrens, un vecino de Torà (Lleida) que en 2008 mató a su mujer de un tiro en la cabeza mientras esta dormía la siesta en el sofá, y le ha impuesto una indemnización de 226.000 euros para la familia de la víctima.

Veinte años de cárcel para un vecino de Torà (Lleida) que mató de un balazo a su mujer
Veinte años de cárcel para un vecino de Torà (Lleida) que mató de un balazo a su mujer

Lleida.- La Audiencia de Lleida ha condenado a 20 años de prisión a Francisco Torrens, un vecino de Torà (Lleida) que en 2008 mató a su mujer de un tiro en la cabeza mientras esta dormía la siesta en el sofá, y le ha impuesto una indemnización de 226.000 euros para la familia de la víctima.

Dos semanas después de que un jurado popular declarara culpable al acusado, la magistrada Eva María Chesa ha hecho hoy pública la sentencia, en la que condena a Torrens a dieciocho años de cárcel por un delito de asesinato y a otros dos años por un delito de tenencia ilícita de armas.

Según considera probado la sentencia, Francisco Torrens acudió la tarde del 18 de diciembre de 2008 al domicilio familiar, en el que se encontraba su mujer, Anna Maria Garrofé, de quien, tras 22 años de matrimonio, se encontraba en proceso de separación.

El hombre halló a su esposa tumbada en el sofá, sacó unas fotografías que había encontrado de ella en actitud cariñosa con otro hombre y procedió a mirarlas con un revólver en la mano.

A continuación, y apuntando la pistola hacia ella, con la intención de acabar con su vida, disparó un tiro a bocajarro a la cabeza de la mujer, que falleció de forma prácticamente inmediata.

La magistrada considera que el acusado "actuó a sabiendas de que su esposa se hallaba desprevenida, de espaldas, asegurándose así de ese modo el letal resultado que pretendía sin haberle dado en ningún momento anterior la posibilidad de defenderse".

Tras cometer el asesinato, Torrens reconoció ante la señora de la limpieza de la casa que había matado a su mujer y lo mismo sostuvo cuando llegaron al domicilio los Mossos d'Esquadra.

En el juicio, el acusado explicó que cuando sucedieron los hechos se estaba medicando por la angustia que le causaba la separación y por las humillaciones constantes a las que la víctima le sometía.

Declaró además que no sabía cómo había acabando disparando a su mujer, ya que su intención era suicidarse con ese mismo revólver.

El jurado, sin embargo, entendió que Torrens disparó "consciente y voluntariamente" a su esposa "en una zona y a una distancia mortal de necesidad", por lo que "no hay duda del animus necandi", esto es, de su deseo de matar.

Sí considera probado el jurado el estado depresivo y ansiótico del acusado, lo que requirió que tomara medicación, aunque considera que "no hay prueba que acredite" que estos fármacos afectaran de forma grave ni a las capacidades intelictivas ni volitivas de Torrens, pero sí de forma leve.

En virtud de todos estos condicionantes, la magistrada, que sí tiene en cuenta la agravante de parentesco, condena a Torrens a un total de 20 años de cárcel y a indemnizar con 200.000 euros a la hija de la víctima, que ahora tiene 20 años; con 10.000 euros a cada uno de los padres de Anna Maria y con 6.000 euros a la hermana de la mujer.

La Fiscalía solicitaba para el acusado 19 años y nueve meses de cárcel, mientras que la acusación particular pedía 23 años y la defensa cinco, alegando que los hechos constituían un homicidio y no un asesinato.

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