Veracruz, final de trayecto de las cumbres anuales y partida de la renovación

  • La Cumbre de Veracruz pasará a la historia como la última cita con carácter anual de los mandatarios iberoamericanos y el comienzo de un proceso de renovación que pretende convertir el foro en un instrumento más concreto destinado a la cooperación cultural, educativa y para la innovación.

Jesús García Becerril

Madrid, 2 dic.- La Cumbre de Veracruz pasará a la historia como la última cita con carácter anual de los mandatarios iberoamericanos y el comienzo de un proceso de renovación que pretende convertir el foro en un instrumento más concreto destinado a la cooperación cultural, educativa y para la innovación.

Hace dos años de la Cumbre de Cádiz fue aprobado un mandato para que el expresidente chileno Ricargo Lagos formulara una propuesta de revisión de las cumbres para evitar que estos encuentros languidecieran.

Uno de los resultados es que la vigésimo cuarta cumbre, que empezará el lunes próximo, 8 de diciembre, será la última anual y que la siguiente se celebrará en 2016, probablemente en Colombia.

La Secretaría General Iberoamericana (Segib) es el organismo que garantiza el funcionamiento de las cumbres y su titular, la costarricense Rebeca Grynspan, que accedió al cargo en abril pasado, justifica los cambios.

"América Latina es distinta a la de 1991, cuando se celebró la primera cumbre (en Guadalajara, México). Se ha cuadruplicado el PIB, han bajado la pobreza y la desigualdad, el crecimiento es estable...", dice Grynspan.

Otro factor que hace menos necesaria la cita anual es que en 1991 la Iberoamericana era la única Cumbre que congregaba a jefes de Estado de la región (la OEA reunía sólo a cancilleres), mientras que ahora se pueden ver en otros foros: Cumbre de las Américas, Unasur, Mercosur, CELAC, ALBA o en la Alianza del Pacífico.

A partir de ahora, la cumbre UE-América Latina será en los años impares y la Iberoamericana en los pares, subraya la titular de la Segib, quien apunta también que la relación entre los países de la península ibérica y los americanos ha de ser más simétrica y horizontal, lo que implica una financiación más equilibrada.

Así, se pasará de la tradicional aportación del setenta por ciento los europeos y el treinta los latinoamericanos a una provisional que ahora es 65-35 y que dentro de un par de años se revisará para que sea de 60-40 %.

Grynspan, que sustituyó al uruguayo Enrique Iglesias, hizo una gira por todos los países nada más acceder al cargo y comprobó que todos apoyan el espacio iberoamericano.

"Nadie quiere dinamitarlo", subraya la diplomática costarricense, quien admite que los países son partidarios de un "regionalismo abierto".

Los países latinos quieren aprovechar la vía iberoamericana - "la más natural y cercana" - como factor para proyectarse al mundo, de modo que el objetivo es buscar la complementariedad de foros y organismos.

Por eso, el futuro de las Cumbres Iberoamericanas, aparte de los temas políticos que los presidentes puedan tratar cada año en su "retiro", pasa por la concreción de programas de cooperación en lo educativo, lo cultural y el fomento de la innovación.

En Veracruz serán presentados varios proyectos que tienen la finalidad de convertirse en instrumentos de cooperación de la comunidad iberoamericana.

Entre ellos destaca la idea de favorecer la movilidad de estudiantes de ambas orillas, con la intención de dotar de becas, de entre 3.000 y 4.000 dólares cada una, a unos 200.000 estudiantes que Grynspan se ha fijado como objetivo hasta 2020.

En los días previos a la Cumbre Iberoamericana se celebrará en Veracruz un foro empresarial que podría servir para que diferentes compañías se adhieran a ese proyecto, concebido como una plataforma que establecerá unos estándares y a la que se puede contribuir con fondos, tanto públicos como privados.

Otro proyecto pretende favorecer la movilidad académica, destinada a mejorar la capacitación de profesores y de estudiantes de magisterio.

En Veracruz se tratará también la propuesta de crear una gran agenda digital para Latinoamérica, de modo que se cierre la brecha existente entre los países de la región en ese ámbito.

Asimismo, se pretende extender la llamada Tarjeta Joven iberoamericana, que hasta ahora ha sido un proyecto piloto restringido y que permitirá gozar a sus poseedores de variadas ventajas en los países adheridos al programa.

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