Los yihadistas del EI intentan a duras penas arraigarse en Pakistán

Muchos ataques cometidos en nombre del grupo Estado Islámico (EI) presentan vínculos con Pakistán, pero en realidad al grupo yihadista le está costando mucho echar raíces en el país debido a la rivalidad de grupos islamistas, afirman los expertos.

Tras la matanza en Orlando, reivindicada por el EI, el candidato a la Casa Blanca Donald Trump mencionó Pakistán en un discurso en el que reitera su llamamiento a suspender la inmigración procedente de algunos países musulmanes.

Mencionó el tiroteo de noviembre pasado en California, en el que una paquistaní y su esposo, nacido en Estados Unidos, mataron a 14 personas. El EI los calificó de "soldados del califato".

No son los únicos ataques con vínculos con Pakistán.

El hombre que el pasado lunes mató a un policía y a su pareja cerca de París había sido condenado por su participación en una filial yihadista entre Francia y Pakistán. Antes del crimen había jurado lealtad al EI.

En abril, un tribunal austríaco dijo investigar a un paquistaní detenido como parte de las pesquisas sobre los atentados de noviembre en París, reivindicados por el EI.

Washington ha incluido en su lista de grupos terroristas a la "Provincia de Jorasán", considerada el ala del EI para Afganistán y Pakistán.

Pero Islamabad desmintió que la organización cuente con una estructura organizada en el país.

Según los observadores, el EI se valió de su ideología brutal para reclutar con cierto éxito, pero tiene dificultades para asentarse debido a la competencia de grupos extremistas establecidos en el país desde hace tiempo.

"Tuvo un éxito limitado, principalmente porque compite en reclutamiento con las organizaciones yihadistas locales", estima Marvin G. Weinbaum, del Instituto de Oriente Medio, en Washington.

"No creo que tenga potencial para conquistar territorios a gran escala, ni para amenazar a Pakistán en su existencia como nación", abunda Aymenn Jawad Al Tamimi, investigador del Foro de Oriente Medio, con sede en Estados Unidos.

"También soy bastante escéptico sobre su capacidad para suplantar a Al Qaida y a los talibanes", añade.

En Pakistán, el EI ha reivindicado pocos ataques, pero las autoridades reconocen haber detenido a cientos de sospechosos.

"Los jóvenes instruidos, motivados y desempleados son un caldo de cultivo para el reclutamiento del EI en Pakistán", dijo a la AFP un responsable de los servicios de seguridad que pidió el anonimato. "Aquí hemos desmantelado varias células de reclutamiento".

"Buscan sobre todo a jóvenes de clase media, a gente adinerada y capaz de dirigir las operaciones del EI", afirma el experto en seguridad Muhammad Amir Rana, que estima que unos 700 jóvenes paquistaníes han salido del país para unirse al EI.

Varios grupos islamistas y fuentes de los servicios de seguridad consideran que más de una veintena de personas sospechosas de vínculos con el EI han sido detenidas en Karachi, y en 2014 hubo arrestos en la provincia de Punyab.

También se produjeron arrestos entre personas relacionadas con un partido político religioso, el Markazi Jamiat Ahle-Hadith Pakistan (MJAP).

Un directivo del partido declaró a la AFP que su hijo, convertido en yihadista, había desaparecido.

"Algunos dicen que se fue a Damasco, otros que está en Afganistán o en Turquía", suspira el hombre, Talib-ur-Rehman Zaidi.

En las zonas tribales del noroeste de Pakistán, fronterizas con Afganistán, los expertos estiman que el EI se centra en los grupos fundamentalistas.

"Tengo la sensación de que el EI atrae e intenta reclutar sobre todo a talibanes decepcionados con el movimiento, y a miembros de grupos (islamistas) como Lashkar-e-Taiba", dice el investigador Al Tamimi.

Pero no lo consigue, asegura Rana, porque son corrientes ideológicas distintas.

Ante la cantidad de grupos extremistas que se disputan el territorio, el EI no será una amenaza para Pakistán a corto plazo, según Weinbaum.

Su incapacidad para arraigarse puede llevarle a cometer ataques de "lobos solitarios", como ocurrió en Orlando, advierten los investigadores.

"La gente se asocia individualmente al grupo (EI)", explica el presidente del MJAP, Sajid Mir, que desmiente un vínculo entre su partido y el grupo yihadista.

Mostrar comentarios