Zapatero y Rajoy discuten, pero no debaten, y se olvidan de los problemas de los españoles

  • Ni el presidente del Gobierno ni el líder del PP han estado a la altura de las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos. Pero el que más ha perdido en este debate ha sido Mariano Rajoy, que no ha sabido aprovechar el peor momento del presidente para impulsar su alternativa. En uno de los debates más flojos de los últimos años, el Estatut ha quitado protagonismo a la crisis
El enfrentamiento personal entre Zapatero y Rajoy ha restado minutos a debatir sobre la crisis
El enfrentamiento personal entre Zapatero y Rajoy ha restado minutos a debatir sobre la crisis
EFE
Beatriz Toribio / Creu Ibáñez

Si de algo ha servido el debate de este miércoles es para demostrar que los líderes políticos están en otra galaxia y no conectan con los problemas de los ciudadanos. Una vez más, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se enzarzaron en un sinfín de reproches y críticas mutuas, dejando de lado las propuestas y las soluciones a la crisis.

"He visto que lleva la réplica escrita a máquina, ya sabía que me iba a reprochar". Esta frase de Rajoy generaron un cruce de acusaciones que demostró que la atención de los dos líderes no estuvo ni en la crisis ni en sus soluciones, sino el habitual enfrentamiento personal.

El del miércoles fue el debate más flojo y descafeinado de los cinco que ha presidido Zapatero como jefe del Ejecutivo. No hubo ni grandes anuncios por parte del Gobierno ni alternativas por parte de la oposición.

Únicamente hubo bronca: mientras Zapatero y Rajoy se lanzaban dardos, en las bancadas se escuchaban duras afirmaciones como "Estas muerto"- frase que lanzó un diputado del PP contra el presidente- o "Dale, dale" - animaron desde la bancada socialista a Zapatero-.

En los pasillos hubo incluso un debate sobre si un diputado del PSC había insultado a Rajoy calificándole de "maricón". Parece que lo que dijo en realidad fue "cabezón".

¿Quién ganó el debate?

Para los responsables del PP Mariano Rajoy estuvo mucho más seguro y fue más claro que el presidente del Gobierno. En cambio, desde el PSOE y Moncloa se defendía que  el líder del PP fracasó en su estrategia de llevar el debate al enfrentamiento personal.

Mariano Rajoy desaprovechó la oportunidad que se le brindaba con un Zapatero en el peor momento de su legislatura. Su discurso se centró en reprochar la gestión del presidente y en quemar la bala que tenía guardada y que ya habían utilizado otros lideres, como Duran i Lleida (CiU) y Rosa Díez (UPyD):  pedir la convocatoria de elecciones.

Ésta es la "única medida que aún puede llevar a cabo para servir al país" porque para Rajoy, el presidente del Gobierno es el "único obstáculo" para conseguir los acuerdos que necesita España.

Zapatero reconoció que no goza del apoyo popular de antaño, pero "¡Ni que usted estuviera para tirar cohetes según las encuestas! le espetó a Rajoy a quien le retó a atreverse a presentar una moción de censura.

El Estatut, el gran protagonista

Pese a que el paro y la crisis económica son los problemas que más preocupan a los ciudadanos, fue el Estatut el tema estrella del debate. Los grupos nacionalistas se encargaron de ello, pero también el propio Zapatero que en los primeros minutos de su intervención inicial ya se ocupó de este tema.

El presidente se comprometió a acometer las reformas legales que sean necesarias para recuperar "algunos aspectos" del Estatuto de Cataluña que fueron derogados por el Tribunal Constitucional. Apenas hizo mención a la manifestación del sábado y se centró en tender puentes a Cataluña en su respuesta a Josep Antoni Duran i Lleida.

Pero el portavoz de CiU le lanzó un aviso: "No esperen de CiU lo mismo que en el pasado. Fuimos autores y actores de la Constitución, pero hoy la Constitución interpretada por el actual TC no es la que nosotros pactamos".

Críticas por todos los lados

Tanto CiU, PNV, ERC e IU-ICV –los grupos que intervinieron este miércoles- volvieron a arremeter con dureza contra la gestión de Zapatero. Duran i Lleida le pidió de nuevo un adelanto electoral; el portavoz vasco dijo que su formación sigue abierta al diálogo pero después de insinuar que Zapatero es un chaquetero y Joan Ridao, portavoz de Esquerra, se quejó de que España sigue "bajo sospecha" por la falta de confianza del Gobierno.

IU-ICV arremetieron contra el volantazo a la derecha que ha dado el Gobierno en los últimos meses. De hecho, Joan Herrera (ICV) le espetó a Zapatero que se merece la huelga general convocada el próximo mes de septiembre por la política que está ejerciendo ante la crisis económica.

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