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Azerbaiyán y Madrid están separados por más de 4.400 kilómetros. Kamran Omarli, joven músico procedente de Xaçmaz, una ciudad localizada en el primero de estos países, imagina esa distancia como una de las cuerdas de su violín, tendida entre dos naciones que han significado grandes cosas en su vida.
Estas cuerdas también funcionan como puente: le han permitido saltar todas las barreras, ser reconocido internacionalmente y conocer a personas que han llenado su vida de aprendizaje, ilusión y oportunidades.
Con tan solo 26 años, Kamran cuenta con una preciosa historia de superación personal movida por la música. El talento y las conexiones humanas han hecho que su vida gire en torno a una pasión unida a sus primeros recuerdos. “En mi casa, la música era parte de la familia, así que de pequeño me crie rodeado de música”, cuenta.
Con tan solo siete años apareció el instrumento que movería su vida. “No sé si yo elegí el violín o el violín me eligió a mí”, explica, “pero fue una gran decisión”. A partir de ahí, su camino estaría marcado por esta pasión que, desde el conservatorio de su país natal, comenzó a desarrollarse hasta experiencias imborrables.
Las personas que marcaron una carrera
Kamran tiene presentes a cada una de las personas que le han permitido avanzar en su camino. La primera de ellas fue su profesora en el conservatorio de Bakú, en Azerbaiyan, que posteriormente le acompañaría a distintos recorridos internacionales: Ilhama Agayeva.
La confianza de esta profesional fue clave para que el violinista comenzase a participar en distintos concursos nacionales e internacionales. Su primer premio se dio precisamente en Bakú, con un segundo puesto en un certamen que sería el primero de muchos.
También en esa ciudad conoció, en el año 2010, a otro de sus grandes pilares: Maxim Vengérov, uno de los violinistas a los que admiraban tanto Ilhama como él, fue jurado en un concurso que tenía sede en esta localización. “Me preparé mucho, gané ese concurso y todo volvió a cambiar”, rememora. “Conectar con Maxim y comenzar nuestra relación fue muy importante para mí, por su generosidad y la fuerza que me dio para seguir mejorando”.
Tras diversos premios en los años posteriores en ciudades como Bakú, Poznan (Polonia) y Sofía (Bulgaria), Kamran comenzó a verlo claro: su vida estaría marcada por la música, concretamente por el violín; gracias a él y a sus distintos apoyos personales, sería capaz de lograr grandes cosas.
Un camino hasta Madrid
Fue precisamente Maxim Vengérov el que presentó a Kamran a Zakhar Bron, otro de los perfiles clave en el avance del violinista. Este invitó al joven a optar a una plaza en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, donde es profesor titular dentro de la cátedra de violín Telefónica.
“Para mí, él es el profesor de los genios”, explica Kamran Omarli. Con 17 años, y tras grandes esfuerzos, consiguió una plaza bajo su ala, posición que mantuvo desde 2012 hasta 2021. El esfuerzo fue tal que, en el curso 2015-2016, consiguió el Diploma de alumno más sobresaliente concedido por Su Majestad la Reina Doña Sofía.
Un sinfín de experiencias
“He aprendido que, en música, es importante la relación personal. Entender a las personas, saber cómo ven el mundo. Esa conexión enriquece mucho la forma de tocar”, argumenta Kamran. Esta Escuela Superior de Música, que cuenta con miembros de decenas de nacionalidades, ha hecho que más de 800 alumnos hayan experimentado el poder que ésta tiene para unir a las personas.
En su caso, conoció a dos con las que toca y que, como él, pertenecen a zonas de conflicto. “Conectar con ellos ha vuelto a cambiar mi vida”, explica. Ha descubierto, gracias a la música, que las diferencias territoriales o ideológicas pueden llegar a borrarse cuando hay puntos de unión tan fuertes como el suyo. “La música une culturas e historias que no son tan diferentes”, apunta.
Seguir avanzando
Tras su paso por Madrid, el joven músico ha seguido su camino. En la actualidad se encuentra en la orquesta vasca Euskadiko Orkestra. Antes, ha sido miembro de la Orquesta Sinfónica Freixenet de la Escuela Reina Sofía, con Pablo González a la batuta, Víctor Pablo Pérez, Josep Pons y Stefan Lano; y de la Orquesta de Cámara Sony, dirigida por Antoni Ros Marbà.
Además de todo esto, ha sido parte del Trío Fundación Mahou San Miguel, bajo la tutela de la profesora Marta Gulyás; del Grupo Amadeus; y del Cuarteto Óscar Esplá de Asisa, tutelado por el Profesor Heime Müller, con el que en 2014 recibió otro reconocimiento de manos de Su Majestad la Reina Doña Sofía: la Mención de grupo de cámara más sobresaliente en la categoría de cuartetos de cuerda.
Mejor Conectados: Cuando las conexiones determinan nuestra vida
#MejorConectados tiene un mensaje claro: “Cuando conectamos, somos capaces de hacer cosas increíbles”. Bajo ese pretexto, muchas personalidades de éxito, desde Ferran Adrià a Teresa Perales, pasando por Javier Gómez Noya o Nacho Azofra, repasan su propia interpretación de esa idea.
#MejorConectados, que tiene como fin poner en valor el poder de las conexiones humanas: "Queremos hacer nuestro mundo más humano conectando la vida de las personas", afirma José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. Y es que llevamos casi un siglo asegurando las mejores conexiones de nuestro país e impulsando el talento como mejor sabemos: conectándolo.
"#MejorConectados quiere ser un lugar donde inspirarse, encontrarse, conectar y lograr cosas increíbles", explica Rafael Fernández de Alarcón, director de Marca, Patrocinios y Medios de Telefónica.
