#TECHEÑE, UN PROYECTO SOBRE TECNOLOGÍA MARCA ESPAÑA POR TELEFÓNICA TECH
Para Javier Zorzano, la magia es una gran forma de explicar el funcionamiento del Internet de las Cosas. Compara un mando con una varita mágica para hacer entender cómo los objetos pueden tener sus propios procesos de lógica, de resolución de problemas; prácticamente de pensamiento.
Ingeniero de Telecomunicaciones y, en la actualidad, responsable técnico del Laboratorio The Thinx en Telefónica Tech, trabaja en un entorno integrado en la compañía que ofrece soluciones relacionadas con el Internet de las Cosas tanto de forma interna como de cara a distintos clientes externos.
Él es el primer protagonista del proyecto #TechEñe, una iniciativa de Telefónica Tech que descubre los perfiles nacionales más destacados en el panorama tecnológico, demostrando que nuestro país cuenta con el talento, la capacidad y la innovación necesarios para encabezar los retos del presente y el futuro en distintos ámbitos del entorno tech. El laboratorio que Javier dirige, con sedes en Madrid y Barcelona y uno de los más destacados en ese ámbito a nivel mundial, es un gran ejemplo de la inversión que se dedica a innovar en apoyo a este tipo de perfiles.
Esta información e inteligencia aplicada a los objetos abre un mundo de posibilidades. En la actualidad, desde la plataforma perteneciente a Telefónica Tech trabajan en aspectos como la medición, el seguimiento y la industria, con un volumen de dos lanzamientos de nuevos productos o servicios a la semana.
“Todos los sistemas que nos traen agua, electricidad o gas están conectados, por lo que constantemente mandan información y medidas que permiten adaptar en tiempo real lo que se entrega y recibe, lo que sirve para optimizar y ahorrar muchísimo”, explica. La aplicación del Internet de las Cosas es, precisamente, una de las claves para avanzar, a su parecer, hacia la sostenibilidad. “Es un reto que se nos abre ahora, y que tenemos cada vez más claro en aspectos como el almacenamiento de la energía”, apunta.
De igual modo, esta conectividad es especialmente útil en el seguimiento de flotas, personas y bienes. “En cualquier momento, en cualquier sociedad occidental, cualquier camión o medio de transporte está enviando continuamente información para saber dónde está, lo que nos permite tener esas entregas tan optimizadas, saber inmediatamente cuándo me va a llegar el paquete”, explica Javier.
También tiene aplicaciones que ya funcionan en industria: fábricas, puertos, minas, logística… todo está cada vez más conectado, con grados de automatización que no paran de crecer. “Avanzamos hacia fábricas que funcionan prácticamente solas, y el Internet de las Cosas es lo que permite que estén conectadas, que sientan y actúen”, asegura el experto.
Un laboratorio para conectar el mundo
El laboratorio The Thinx, que Javier dirige, es uno de los entornos de Internet de las Cosas más avanzados y mejor equipados del mundo, con acceso a radio de última generación y tecnologías específicas destinadas a simular el funcionamiento, en condiciones reales, de cualquier proyecto IoT antes de su implementación masiva.
Desde dentro, él lo ve como un parque de juego, de experimentación y descubrimiento. En él trabajan, asegura, perfiles ‘geek’ que disfrutan de la tecnología en su día a día, más allá del terreno laboral. “Es un trabajo muy gratificante: si una persona juega en su casa a programar, a hacer circuitos o conectarlos a internet, va a encajar muy bien aquí”, apunta.
Ese ambiente laboral y el talento que ha condensado The Thinx ha permitido que el ritmo de trabajo se acentúe: “El grupo ha hecho un trabajo muy bueno en los últimos años: cada semana, dos dispositivos salen de este laboratorio mejorados y probados”, asegura Javier. “Ahora estamos trabajando para expandir ese trabajo también a la red de comunicación y al sistema conectado completo”.
Una mirada al futuro
“He tenido el privilegio de ver nacer Internet desde que era una cosa pequeña, dentro de un ordenador de la facultad, hasta lo que es ahora, con todo lo que ha arrastrado, con toda esta explosión exponencial”, explica emocionado. Apasionado de la tecnología desde muy pequeño, su vida cambió cuando descubrió la programación y sus distintas aplicaciones.
“Para mí la tecnología es, en cierto modo, un juego: un juego con una repercusión muy grande en la sociedad, lo que es muy gratificante”, asegura. Comenzó a trabajar en Telefónica como desarrollador, arquitecto y jefe de proyectos de sistemas de red; gracias a profesionales como él se establecieron los actuales servicios de banda ancha.
Mirando siempre hacia el futuro, su visión ahora se dirige a las redes 5G. “Se han desplegado ya en todo el mundo unas variantes específicas para el Internet de las Cosas, algo que nos permitirá seguir avanzando”, cuenta. Habla de conectar las infraestructuras a nivel mundial, en un sistema en el que se puedan ahorrar recursos, energía y agua; de crear un mundo conectado donde el impacto humano sea menor gracias a la tecnología.
De momento, él y su equipo siguen desarrollando en el Laboratorio de Internet Física un espacio que permite a empresas y profesionales escalar todo tipo de proyectos y crear objetos conectados de todo tipo aprovechando las redes celulares. “Desde libros electrónicos hasta sensores para hospitales o herramientas deportivas, todo forma parte del Internet de las Cosas”, establece.
Javier es uno de los múltiples perfiles que, desde España, demuestran que nuestro país tiene capacidad de innovación suficiente para liderar el avance tecnológico. Con la vista puesta en la sostenibilidad, la inteligencia artificial y las personas, percibe desde su experiencia un panorama optimista. “Queda mucho más por hacer: las nuevas redes nos permitirán crear dispositivos que interactúen con las personas”, adelanta.
Y de nuevo, esa referencia a la magia aparece. La tecnología, cuenta, nos ha llevado “desde las cuevas hasta la Luna”. Perfiles como el suyo marcarán cuál será el siguiente destino.
