Para jugar a Charlie Charlie, solo se necesita un papel y dos lapiceros. Se divide el papel en cuatro casillas con una línea horizontal y otra vertical y sobre ellas se colocan los lápices. En dos de los recuadros resultantes se escribe 'sí' y en los otros dos, 'no'.
Lo siguiente es preguntar, "Charlie, Charlie, are you here? (Charlie, Charlie, ¿estás ahí?)". Sí el espíritu está en casa, el lápiz se girará de forma repentina en dirección al recuadro 'sí'. A partir de ahí se le puede preguntar lo que se desee.
Con el hashtag #Charliecharliechallenge los usuarios de las redes sociales están debatiendo sobre este ouija casera. Algunos de ellos niegan la veracidad de Charlie Charlie y dicen que el lápicero se mueve con un soplo de aire, pero otras aseguran haber pasado miedo al ver el lápiz moviéndose.
Lo cierto es que se trata de un juego que permite contactar con un supuesto espíritu que responde a las preguntas. Cuando se le despide hay que hacerlo de forma correcta, porque la tradición dice que puede aparecer en forma de risas, voces u objetos que se mueven como si cobraran vida.
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