El chef belga que renunció la estrella Michelin no quiere cocina espectáculo

  • El chef belga Fredrick Dhooge, que el pasado marzo decidió renunciar a los reconocimientos culinarios que había recibido, incluida una estrella Michelin, para "ser más libre en la cocina", asegura que no quiere hacer "cocina espectáculo" ni tener miedo alguno al impacto de su decisión sobre la clientela.

Marta Borrás

Bruselas, 12 abr.- El chef belga Fredrick Dhooge, que el pasado marzo decidió renunciar a los reconocimientos culinarios que había recibido, incluida una estrella Michelin, para "ser más libre en la cocina", asegura que no quiere hacer "cocina espectáculo" ni tener miedo alguno al impacto de su decisión sobre la clientela.

"No tenemos miedo a perder clientes. Conseguiremos otros nuevos", afirma convencido el cocinero durante una entrevista con Efe.

El responsable del restaurante "'t Huis van Lede", en la localidad de Wannegem-Lede, al oeste de Flandes, se convirtió, sin quererlo, en noticia de portada en los diarios nacionales cuando hizo público que había pedido no volver a figurar en las publicaciones que le habían encumbrado, las guías Michelin y Gault Millau, para poder seguir cocinando a su estilo.

"Ha sido una decisión muy difícil. Llevábamos unos cinco años pensando en ello. Valoramos mucho esas guías, pero nuestro restaurante es bastante clásico", explica el cocinero.

Según Dhooge, la decisión tiene como único objetivo mantener la independencia del establecimiento en la cocina.

"Nos sentíamos presionados por el hecho de saber que ciertos clientes esperaban de nosotros una cocina que no es la nuestra", explica el cocinero, quien asegura que la esencia de sus platos radica en el producto, elaborado a la manera tradicional.

"Hemos visto que esto no lo entienden algunos clientes, que por el hecho de ver nuestro restaurante en ciertas guías, esperan una cocina espectáculo. Yo lo que quiero ofrecer a mis clientes es, simplemente una buena comida y un buen servicio", añade.

El restaurador precisa que "siempre existe cierto estrés si se quiere ser bueno" en su profesión, y añade que "cada uno lleva la presión a su manera".

Ese objetivo de hacer las cosas lo mejor posible "en ciertos casos puede convertirse en algo obsesivo", reconoce.

En su caso, afirma, no ha pesado el temor a perder los reconocimientos obtenidos.

El cocinero dice además que entre sus ambiciones nunca estuvo recibir una estrella Michelin ni otro premio similar y que la selección de su restaurante le pilló por sorpresa, ya que se produjo cuando solo llevaba abierto año y medio.

"Desde que nos dieron la estrella nos sentimos felices y orgullosos, siempre la hemos defendido", afirma Dhooge, que puntualiza que no tiene nada en contra de una guía que es "respetuosa y neutral".

Asegura que no piensa que la decisión que ha tomado vaya a afectar a su clientela. "Tenemos muchos clientes que nos son fieles. Nos entienden, conocen la cocina y les gusta".

También subraya que su retirada de las próximas ediciones de esas guías no es un golpe publicitario, y que le ha "sorprendido" comprobar que desde que se hizo público el teléfono de su restaurante "no deja de sonar".

Dhooge es el primer cocinero belga que renuncia a aparecer en las guías Michelin y Gault Millau, todo un acontecimiento en uno de los países que cuenta con más restaurantes reconocidos a nivel internacional.

Precisamente a principios de abril la prestigiosa revista "Elite Traveler" incluyó a dos establecimientos belgas, Le Hof Van Cleve y De Karmeliet, entre los cien mejores restaurantes del mundo.

Le Hof Van Cleve, que tiene tres estrellas Michelin, figura en el puesto 19 de la clasificación, mientras que De Karmeliet, también reconocido con tres estrellas, se encuentra en el puesto 71.

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