El terrorismo, la crisis y las sanciones debilitan el sector turístico ruso

    • En menos de cinco años se ha perdido un 10% del empleo relacionado con este sector.
    • Los últimos acontecimientos en el Sinaí han supuesto un nuevo golpe para esta industria.
Las investigaciones sobre dónde se colocó la bomba del avión ruso se amplían al hotel de los turistas
Las investigaciones sobre dónde se colocó la bomba del avión ruso se amplían al hotel de los turistas

Los años dorados del turismo ruso son sólo un recuerdo. El acento caucásico está desapareciendo de los principales resorts turísticos del mundo. La crisis económica del gigante euroasiático, potenciada por las sanciones internacionales y la devaluación del rublo, y la percepción de un mayor riesgo terrorista han lastrado la proyección de este mercado, según la prensa local.

En los últimos tres años se ha perdido un 10% de los trabajos relacionados con el sector habrían perdido su trabajo en Rusia. Mientras que en 2012 había 2.300 touroperadores, se estima que en 2016 el número descienda hasta los 500, según informa el periódico 'Novaya Gazeta'.

El último atentado terrorista que acabó destruyendo un avión en el Sinaí, ha supuesto un nuevo golpe a un sector que se encuentra totalmente 'groggy'. La interrupción de los vuelos a un destino tan turístico como Egipto, podría tener réplica en otros destinos que las autoridades rusas consideren peligrosos. Sin ir más lejos, sólo el atentado en Egipto podría tener costes de 200 millones de dólares para los operadores turísticos rusos, y es que 2,6 millones de habitantes de este país viajaron a Egipto en 2014.

Por si fuera poco, la crisis se nota en los salarios rusos, que habrían bajado una media del 9%, según el citado diario. Esto contrastaría con el aumento de los precios en otros destinos como España o Finlandia, que habría tenido una repercusión del 30% para el bolsillo ruso. Además, tampoco hay que despreciar la quiebra de una de las principales aerolíneas del país, Transaero.

En este sentido, con la grave situación en la que se encuentran los viajes al exterior, puede que sirva como aliciente para fomentar el turismo interior. Los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi y el próximo Mundial de fútbol en 2018, pueden suponer alicientes para la promoción del turismo interior ruso y el señuelo para atraer turistas foráneos.

El artículo cita como ejemplo la anexión de Crimea, en el marco del conflicto con Ucrania. Mientras que la región se postula como la alternativa de playa que buscarían los turistas rusos, Novaya Gazeta explica que desde el comienzo del conflicto, el número de rusos que han acudido de visita a esta región se ha dividido por dos.

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