La "fiebre de lo instantáneo" se extiende por Internet, creando héroes a su paso

  • Cuando Google lanzó la versión instantánea de su buscador pocos sospechaban que desatarían una pequeña locura de moda en herramientas de todo tipo que también ofrecen una "respuesta instantánea" mientras se teclea
Feross Aboukhadijeh, creador de YouTube Instant
Feross Aboukhadijeh, creador de YouTube Instant
Feross Aboukhadijeh

Desde que Google lanzara Google Instant hace unos poco días con un evento dedicado a su puesta de largo una pequeña fiebre invadió la Red: la locura por lo instantáneo. Y es que en este mundo deseoso de las de gratificaciones fáciles y rápidas, obtener lo que se busca sin siquiera terminar de hacer la pregunta tiene su mérito. Y para algunos, hasta premio, en este caso en forma de oferta de trabajo desde una gran multinacional.

Lo primero que circuló por las redes tras desvelarse la nueva función de Google fueron diversas anotaciones recopilando el nuevo "alfabeto según Google", cual renovadas sagradas escrituras. Son las nuevas páginas que aparecen al teclear las letras de la A a la Z dejando que Google adivine el resto: Google Predictions From A to Z en inglés y Lo que más le importa a Google, de la A a la Z en español. Un mero aperitivo para lo que estaba por llegar.

Feross Aboukhadijeh, un estudiante de informática de Stanford, publicó en su página de Facebook un enlace a su pequeña creación: YouTube Instant, un servicio que hace exactamente lo mismo que Google Instant pero con los vídeos de YouTube. Lo programó en unas pocas horas, como una apuesta con un compañero de cuarto. Perdió la apuesta porque en vez de los 60 minutos que dijo que tardaría empleó varias horas, pero al poco tiempo surgió un inesperado "premio" de consolación. Empezaban los "dos días más increíbles y locos" de su vida, en sus propias palabras.

Chad Hurley, uno de los fundadores YouTube, había recibido un enlace a YouTube Instant a las pocas horas de que estuviera en marcha. Se ve que también le gustó, porque le ofreció un trabajo por Twitter a Aboukhadijeh. Tras comprobar su identidad y pensárselo un poco, el joven estudiante rechazó la oferta, porque está trabajando actualmente en Facebook como becario. Eso sí, tuvo la cortesía de ir a las oficinas de YouTube a echar un vistazo y conocer al gran jefe. Un curioso final para una "historia del éxito americana" en la que un desconocido salta a la fama desde la nada de un día para otro.

Además de la versión instantánea de YouTube también han surgido en la red Google Maps Instant, que busca en los mapas de Google las direcciones según se teclean y Twitter Instant, otro tanto pero para los mensajes publicados en el popular servicio de microblogging. Y otro quinceañero es el responsable de iTunes Instant, un buscador mejorado para la tienda de música de Apple.

Todos estos servicios, como los hechos han demostrado, son realmente fáciles de programar para la gente con los conocimientos adecuados. Pero adolecen de diversos problemas que pueden hacer que su éxito puntual sea tan efímero como su surgimiento: dependen de los buscadores de los servicios originales, que han de mantenerse rápidos y ágiles, y de las limitaciones que conlleven las interfaces de programación (algunas limitan los accesos a unas pocas consultas diarias, no miles o millones como pueden llegar a ser necesarias).

Rizando el rizo también ha surgido Instantise, un "instantizador", que básicamente convierte en instantáneas las búsquedas de diversos servicios como todos los anteriormente mencionados y también otros como el archivo fotográfico Flickr, sitios de noticias, artículos y demás. Algunos de estos buscadores instantáneos tienen todavía problemas técnicos y caídas; en ocasiones la calidad de las búsquedas tampoco es gran cosa, pues dependen totalmente del buscador original.

Veremos cuando pase la fiebre de lo instantáneo cuántos de estos servicios perduran y cuántos de los jóvenes héroes que los han creado de la noche a la mañana consiguen son atraídos por ofertas de trabajo. Según confirman fenómenos como YouTube Instant parece que las grandes empresas que cuentan con miles de empleados no son a veces suficientemente ágiles como para desarrollar ideas simples al alcance de cualquiera.

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