Todo el mundo contra WikiLeaks

  • Sospechas de violación y acoso sexual, críticas por publicar información sobre una trama de pedofilia en Bélgica, marginación legal en Estados Unidos para que no pueda beneficiarse de leyes estatales y hasta acusaciones de homicidio por poner en peligro la vida de cientos de personas son algunos de los frentes abiertos que se le empiezan a acumular al site.
Suecia vuelve a investigar por violación al creador de WikiLeaks
Suecia vuelve a investigar por violación al creador de WikiLeaks
Markus Steen

A Julian Assange le crecen los enemigos con el paso de los días. Este héroe antisistema y fundador de WikiLeaks se ha convertido en un personaje célebre y castigado a partes iguales en apenas unos meses debido a la enorme trascendencia de su delicado trabajo: filtrar documentos clasificados por países y empresas internacionales.

Sospechas de violación y acoso sexual, críticas por publicar información sobre una trama de pedofilia en Bélgica, marginación legal en Estados Unidos para que no pueda beneficiarse de leyes estatales y hasta acusaciones de homicidio por poner en peligro la vida de cientos de personas son algunos de los frentes abiertos que se le empiezan a acumular al site.

Como un producto de consumo rápido, WikiLeaks ha pasado a toda velocidad de ser una ONG valiente por desvelar el asesinato de civiles en la guerra de Afganistán a ser visto como un monstruo, un peligro para la seguridad de los países o una empresa criminal con la manos manchadas de sangre.

Así se expresó el jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército de los Estados Unidos, para quien Assange es el responsable de poner en peligro la vida de soldados estadounidenses y de familias afganas con sus filtraciones. El secretario de Defensa del mismo país, Robert Gates, también se mostró preocupado y dijo que las revelaciones son potencialmente peligrosas para sus tropas y aliados e imploró que no colgaran más documentos en internet.

La posición del gobierno estadounidense ha sido compartida por varios medios de comunicación durante las últimas semanas, donde también existe un apasionante debate sobre si el portal puede beneficiarse de las leyes estatales.

Piden cerrar la web para siempre

El más duro ha sido un texto de opinión publicado en The Washington Post que ha sido aireado masivamente en la red. En el artículo, firmado por Marc A. Thiessen, el columnista aboga directamente por clausurar la web y evitar que salgan a la luz más documentos, además de llevar a Assange ante un juez.

The Wall Street Journal también se ha unido a esta campaña de desprestigio al publicar un reportaje donde critica que la organización no es transparente en sus cuentas, además de informar que un grupo de abogados del Pentágono se han encargado de buscar las pruebas necesarias para acusar a WikiLeaks de conducta criminal.

Uno de los aspectos más polémicos en la filtración de más de 90.000 documentos sobre la guerra de Afganistán fue revelar los nombres de confidentes afganos. Esto fue motivo de queja por parte de cinco ONG, que instaron por carta a WikiLeaks a borrar las identidades que colaboraron con las fuerzas internacionales y podían ser víctimas de represalias.

A este respecto, el secretario general de Reporteros sin Fronteras, Jean-François Julliard, explicó en una carta que “los talibanes y otros grupos armados pueden establecer sin dificultad alguna, a partir de dichos documentos, una lista negra de personas por matar y llevar a cabo sangrientas venganzas”.

A la campaña de linchamiento institucional y mediático se le ha unido una delicada trama que relaciona a Assange con dos mujeres. Aunque un día después del anuncio se retiraron las acusaciones que lo incriminaban en un delito de violación, la Fiscalía Superior de Suecia ordenó reabrir esta semana la investigación porque “hay razones para creer que el delito ha sido cometido”.

El país escandinavo ordenó también ampliar la otra denuncia por acoso, la única por la que se le estaba investigando, incluyendo ahora los delitos de acoso sexual y coerción sexual, que ya aparecían en el informe policial original.

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