Un millón de camboyanos sufren la escasez de peces en el lago Tonle Sap

  • La construcción de enormes presas chinas y la pesca ilegal amenazan no sólo el ecosistema del lago Tonle Sap, sino también la forma de vida de más de un millón de camboyanos que viven de lo que les da este lago situado en la cuenca del Mekong. Para evitarlo, el gobierno adjudicó hace años ciertas áreas del lago a la pesca para consumo propio, pero ha sido insuficiente. Ahora la FAO ha organizado un sistema de pesquerías comunitarias para tratar de minimizar el problema.
Lago Tonle Sap, cerca de Siem Reap (Camboya)
Lago Tonle Sap, cerca de Siem Reap (Camboya)
wikimedia
Nicholas Dynan | Global Post

(Chong Khneas, Camboya). La muchedumbre espera en la fangosa orilla de un lago, en un remolino de motocicletas, camiones, bicicletas y gente. Cuando los barcos pesqueros de colores llegan hasta la orilla, los compradores trepan a las cubiertas y se pelean por desembarcar el pescado.La importancia del lago Tonle Sap en la cuenca del Mekong no es menor, ya que representa una importante fuente de proteínas para los camboyanos, incluido el millón largo de personas que viven en sus inmediaciones.

La pesca es también la única fuente de ingresos de la mayor parte de los habitantes del lago, pese a que empiezan a surgir pequeños negocios, como plantaciones de vegetales, fruta y flores y también cultivos de interior. Pero para la mayoría de los vecinos, la pesca es todo lo que tienen, y no les saca de la pobreza.

En los últimos años las cosas han ido a peor. Una multitud de problemas afectan actualmente al lago Tonle Sap, como las presas construidas río arriba, la deforestación, el uso de pesticidas y la sobrepesca.

Presas

El crecimiento económico de Camboya ha supuesto un aumento de la demanda de electricidad del país, que para ello está permitiendo la entrada de capital extranjero en la construcción de presas. Se calcula que la electricidad aumentará a un ritmo del 20 por ciento anual en los próximos años. China, Laos, Vietnam y Tailandia han diseñado y comenzado ya a construir presas hidroeléctricas a lo largo del Mekong y sus afluentes. Muchas de estas obras están financiadas con dinero del Banco de Desarrollo Asiático (ADB por sus siglas en inglés).

Las presas comenzarán a dejar sentir su impacto dentro de uno o dos años, poniendo en peligro el hábitat natural del lago. Pero dado que el responsable de gran parte de estas obras es China, el mayor inversor extranjero en el país, Camboya se muestra reacio a plantear este tema a su vecino del norte.

El acceso a la energía probablemente mejorará en el país gracias a las presas, pero la vida marina sufrirá las consecuencias: el 87 por ciento de las especies de pescado del Mekong emigran anualmente para buscar alimento y reproducirse. Las grandes presas río arriba elevarán el nivel de las aguas, produciendo una expansión del lago a lo ancho y destruyendo hasta un tercio de las zonas encharcadas donde los peces desovan.

Deforestación

Aunque la deforestación parece haberse frenado en Camboya, sí continúa produciéndose en torno a Tonle Sap. La gente está eliminando árboles en masa en las zonas boscosas encharcadas en torno al lago, sin ningún tipo de miramiento ecológico. A este respecto, David Thomson, director de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en Camboya, recuerda una vieja máxima de los jemeres que dice: "Sin bosques, no hay pescado, no hay Camboya".

Pesticidas

Chong Kneas está situado en la provincia de Siem Reap, donde se ubican las famosas ruinas de Angkor Wat, que atraen anualmente a millones de turistas. Según Thomson, en la zona hay actualmente una mayor demanda de productos locales entre los turistas, pero éstos no quieren comer alimentos cultivados con pesticidas, tal y como hacen la mayoría de los campesinos. Pese a ello, los campesinos locales se resisten a trabajar sin pesticidas, principalmente porque piensan que si lo hacen disminuirán sus ganancias.

Pesca ilegal

La pesca ilegal (a menudo para consumo familiar, y no para lucro comercial) es una práctica especialmente destructiva para el ecosistema del lago, puesto que ignora las cuotas de captura establecidas. Las técnicas ilegales que se utilizan van desde el envenenamiento hasta el uso de artilugios que electrocutan a los peces. Algunos pescadores pagan sobornos y logran entrar en las zonas de acceso restringido e invaden santuarios marinos.

Esfuerzos gubernamentales

En 2001 el Gobierno de Camboya adoptó cambios drásticos en la política pesquera. Más de la mitad de la secciones o "lotes" del lago -de una extensión de 2.590 kilómetros cuadrados-, anteriormente controlados por pesquerías comerciales, fueron liberados para beneficio de las comunidades en torno al lago.

"Es algo casi único en el mundo", el que se hayan tomado zonas bajo control de entidades comerciales y se hayan devuelto a los pescadores locales, según Thomson, que opina que es "tremendamente encomiable".Al mismo tiempo, asegura, la medida "está cargada de grandes dificultades", como la gestión y la implementación de una nueva política de pesca sostenible.

"No es fácil, pero es un enorme paso hacia delante, porque en todas las partes del mundo... a los pescadores a pequeña escala les están quitando los derechos de pesca y el acceso a la pesca", asegura el representante de la FAO.La tendencia a consolidar la pesca a gran escala es algo que ya se ha visto en muchos países africanos, como Senegal, Angola y Mozambique.

Pesquerías comunitarias

En Camboya la FAO ha creado una serie de pesquerías comunitarias con la ayuda de fondos del Banco de Desarrollo Asiático (irónicamente, ya que las presas financiadas por este organismo son las que amenazan la vida del lago). Esta red trabaja para evitar la deforestación de las zonas encharcadas y el uso de pesticidas. Además, apoya la participación de la comunidad y la transparencia en los pueblos de pescadores.

La FAO espera que con estas medidas se logre reducir la corrupción y también la pesca ilegal. En las próximas semanas está previsto que se difunda un informe sobre este proyecto de 10 años de duración. Los pescadores locales aseguran que el avance está siendo notable, pero no ha sido fácil lograr la participación de todo el mundo en este sistema de pesquerías comunitarias.

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