Bodegas 

Bollinger presenta La Grande Année 2012, una gran añada en una botella

  • La extraordinaria cosecha de 2012 ha permitido crear un exclusivo 'champagne' que sorprende por su cuerpo, frescura y complejidad.
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En Bollinger, solo las cosechas de más calidad de convierten en 'vintage', creando vinos con personalidad, frescos y complejos. 

La historia que comenzó en 1829 con la unión de Athanase de Villermont y Joseph Bollinger se ha convertido en una excepcional Maison, que conserva la discreta sofisticación desde sus orígenes. Un hecho que se aprecia en la perfección de cada detalle y la elegancia visual de cada botella, dos cualidades de La Grande Année 2012 de Bollinger, un champagne único tributo a una cosecha extraordinaria.

La Grande Année 2012 es el resultado del trabajo y el saber hacer más artesanal, característico de la Maison Bollinger, en el que se ensamblan a la perfección Pinot Noir (65%) y Chardonnay (35%), provenientes de una cuidada selección de 21 Crus. Entre ellos, destacan de manera especial los Grands Crus de Aÿ y Verzenay, de los que se seleccionan las uvas Pinot Noir, y Le Mesnil-sur-Oger y Oiry, de los que provienen las Chardonnay.

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Elaborado únicamente en los años de cosecha excepcional y para el que se selecciona la uva de mayor calidad, La Grande Année 2012 se vinifica exclusivamente en pequeñas barricas de roble, favoreciendo el desarrollo de aromas de gran delicadeza y obteniendo un vino con más cuerpo. Un método artesanal que, tras una crianza de más de 9 años sobre lías, culmina con el removido ('remouage') y degüelle manual de cada una de las botellas.

La calidad y mimo en cada uno de los pasos que componen su proceso de producción es uno de los grandes valores de la Maison. Un secreto transmitido y perfeccionado de generación en generación, durante casi dos siglos, que ha premiado a Bollinger con el sello de calidad Patrimoine Vivant que recompensa su artesanía y 'savoir-faire' inigualables.

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Nota de cata

La madurez de la añada, unida a este riguroso trato al producto, se plasma, en un delicado color amarillo con sutiles reflejos dorados. En nariz, las notas afrutadas del albaricoque se mezclan con las almendras y avellanas, seguidos de suaves matices a miel y cereales. Una agradable sinfonía aromática que culmina con una textura excepcional, una gran estructura en boca y un final inconfundible.

Todo ello convierte a La Grande Année 2012 en una auténtica joya gastronómica. La riqueza de su textura, su efervescencia cremosa y su ligero toque final amargo hacen de él un compañero perfecto para platos refinados y de gran calidad, como las vieiras, ostras o unas setas maitake con emulsión de patata y trufa.

En definitiva, un champagne que hace de su degustación una auténtica experiencia para aquellos que aprecian el cuidado y cariño con el que la Maison crea cada una de sus exclusivas añadas.

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