Personajes

Ana de Armas, el irresistible ascenso de la nueva sensación latina en Hollywood

De La Habana a Hollywood con escala en Madrid. así es el ascenso fulgurante de Ana de Armas, la actriz hispano-cubana que acompaña a 007 en ‘Sin tiempo para morir’.

La actriz  hispano-cubana, acompaña a Daniel Craig en la nueva película del  agente 007.
 Fotografía: Greg Williams.

Los creadores de la nueva entrega de 'James Bond, Sin tiempo para morir', han recreado escenarios de Cuba en Londres. Cosas del cine. Y funciona, según confirma quien, probablemente, más legitimada está para hacerlo. “Lo consiguieron a la perfección. Excepto el clima…”. Ana de Armas vivió allí, en la isla caribeña, hasta que decidió coger una maleta y presentarse en Madrid para cumplir su sueño de ser actriz. Que su definitiva consagración internacional le llegue ahora, si es que no lo había hecho ya, en esa londinense Cuba ficticia a la que viajará con el agente 007 que encarna, por última vez al parecer, Daniel Craig, no deja de tener un cierto componente romántico. 

Porque Ana de Armas es, efectivamente, una estrella de Hollywood, una estrella fulgurante podría decirse, a tenor de cómo le han ido las cosas en los últimos años. Un repaso a este 2020 tan extraño es, en su caso, sinónimo de triunfo. Comenzó el año nominada a los Globos de Oro como mejor actriz de comedia por su papel en 'Puñales por la espalda' y lo terminará encadenando, si los planes no se tuercen –parece obligado añadir esta coletilla al mundo del espectáculo–, media docena de estrenos, entre ellos la ya mencionada despedida de Craig en 'Sin tiempo para morir'; Blonde, encarnando a Marilyn Monroe tras desbancar entre las candidatas a nombres consagrados como Naomi Watts o Jessica Chastain; o Deep Water, basada en una novela de Patricia Highsmith y en cuyo rodaje surgió la relación que mantiene en la actualidad con el actor y director Ben Affleck.

Desde que iniciara su ascenso televisivo en 'El Internado', su carrera ha experimentado altibajos, hasta por fin consagrarse en Hollywood el año pasado  por 'Puñales en la espalda'.
Fotografía: Greg Williams.

Con él, por cierto, ha pasado el confinamiento provocado por la pandemia, en la lujosa mansión de Los Angeles que el actor ha escogido para estar más cerca de los tres hijos que tuvo con su ex mujer Jennifer Garner: las fotos de los cinco –Affleck, sus hijos y Ana de Armas– paseando por los alrededores han copado las páginas del corazón de medio mundo. Como también lo hizo la venta a finales del año pasado, por 6,9 millones de euros, de otra mansión, esta dedicada más a retiros de verano, que Affleck poseía en Savannah (Georgia) y que había comprado en 2003, cuando aún era pareja de Jennifer López.

Las marcas, claro, también han empezado a poner sus ojos en Ana de Armas: El Corte Inglés la ha elegido para protagonizar la campaña de primavera de este año –“Me hace mucha gracia, porque hace diez años El Corte Inglés era básicamente mi pasatiempo favorito; me tiraba horas allí aunque no acabara comprando nada. Es muy surrealista ser yo quien ponga la cara”, confesaba en marzo a la revista Vogue–, y la firma de alta joyería Chopard ha decidido patrocinar la película de Bond para que Paloma, el personaje que ella interpreta, lleve tres modelos de la colección Green Carpet (fabricada con materias primas obtenidas de forma sostenible): un collar, una pulsera y unos pendientes engastados con diamantes. 

En 'Por un puñado de besos', de David Menkes, que la habñia dirigido también en 'Mentiras y Gordas' (2014).
 

Ana de Armas tiene nacionalidad española. Conviene recordarlo en estos momentos en los que tanto reconforta sacar pecho por los éxitos nacionales. Nació en Cuba, en Santa Cruz del Norte (1988), de padres universitarios,”muy trabajadores y sacrificados”, que le enseñaron a vivir con los básico, “lo justo para comer a diario y algún verano irnos a la playa”. Pero sus abuelos maternos son españoles, lo que le garantizaba la nacionalidad. Son escasas las entrevistas en que se libra de hablar de su país de nacimiento y sus peculiares circunstancias políticas. No es algo que lleve mal: “Tengo sentimientos encontrados sobre lo que pasa en la isla, lo bueno y lo malo. Yo amo a mi país, mis raíces, mi cultura, y estoy orgullosa de ser cubana”, ha dicho en alguna ocasión sin ocultar, a la vez, su preocupación y su deseo de que los cambios ayuden a sus compatriotas a vivir mejor. 

'Manos de piedra' supuso el empujón necesario para viajar a Los Angeles (2016).
 

El caso es que fue allí, en la isla, donde Ana de Armas se convirtió en actriz. Su pronta vocación la condujo con 14 años a la Escuela Nacional de Arte de Cuba, no sin ciertas reticencias familiares, donde consiguió una plaza tras ser seleccionada entre más de 500 niños y niñas. En su segundo año de carrera, le llegó la oportunidad de debutar en Una rosa de Francia (2005), del director Manuel Gutiérrez Aragón y con Jorge Perugorría y Álex González en el reparto. Madrigal (2006) y El edén perdido (2007) le proporcionaron los ahorros –dice la leyenda que unos 300 euros de ahora tras compartir las ganancias con sus padres– y el arrojo para, una vez cumplida la mayoría de edad y solventados los papeleos para certificar la nacionalidad española, viajar a Madrid. Podría decirse que calculó mal el coste de la vida en la capital y que tuvo que sobrevivir durante algún tiempo de sofá en sofá. Pero, aunque cierto, no fue tan dramático: a las pocas semanas de aterrizar en España ya estaba rodando 'El internado', esa serie juvenil que reunía a millones de personas ante el televisor y que puso su rostro, entre otros, definitivamente en el mercado.

Como la novia virtual de Ryan Gosling, en 'Blade Runner' 2049 (2017).
 

Aunque quizás no como esperaba: esas sagas, en las que ella estuvo desde 2007 hasta 2010, marcan, y no siempre para bien. Rodó en 2009 la taquillera Mentiras y gordas, de David Menkes y Alfonso Albacete, pero pasó unos años de cierto apagón, sin encontrar su sitio. Tras Por un puñado de besos (2014), también de Menkes, le llegó una de esas ofertas que de repente cambia una carrera, quizás más por el momento elegido: el director Jonathan Jakubowicz le propuso interpretar a la mujer panameña del boxeador Roberto Durán en Manos de piedra (2016). “Contactó con mi representante para preguntarle si podía ir a Los Angeles. ‘¡Cómo que si puedo! ¡Mañana mismo estoy allí!”. Tras cinco meses de espera, por fin le confirmaron su fichaje, y año y medio después, cuando comenzó el rodaje, conoció a todo el equipo, del que formaban parte Robert de Niro, John Turturro y Ellen Barkin.

Para entonces, ya había decidido que su lugar era Hollywood, aunque tuviera que revivir el anonimato inicial. Consiguió un apartamento, se puso a aprender inglés y comenzaron a llegar las películas. Rodó Toc Toc en 2015 con Keanu Reeves, con quien fraguó una buena amistad y de quien extrajo algunas reflexiones que aún recuerda: “Un día me dijo: ‘Quizás no salvemos vidas, pero tu personaje puede conmover tanto que transforme a una persona’. Yo creo que de ahí sale la necesidad de actuar”. 

'Puñales por la espalda' le supuso una nominación a los Globos de Oro (2019).
 

Lo que sigue es ya esa escalera que la ha traído hasta aquí: Juego de armas (2016), Overdrive (2019) y, sobre todo, Blade Runner 2049 (2017), donde su papel de novia virtual de Ryan Gosling, en esta secuela dirigida por Denis Villeneuve, terminó por situarla definitivamente en otra dimensión. Dicen que fue el propio Daniel Craig, con quien había trabajado en Puñales por la espalda, quien la recomendó para formar parte del elenco de la nueva de James Bond, dirigida por Cary Fukunaga. Y que la incorporación de la escritora británica Phoebe Waller-Bridge al equipo de guionistas ha imprimido un giro al habitual papel sexualizado de las mujeres Bond que Ana de Armas agradece. “Esta vez las chicas no son perfectas. Mi personaje es un desastre, tiene fallos, es real”.

En 'Sin tiempo para morir', con Daniel Craig como James Bond  (2020).
 

Y es latino, algo con lo que la actriz hispano-cubana está dispuesta a convivir –genética manda–, pero con matices. “No quiero hacer castings para las Juanas y las Marías. Quiero hacer los mismos castings que las demás actrices”, dijo una vez a El País. “No es que rechace hacer de latina. Soy cubana, orgullosa de serlo y haré de latina toda la vida porque es lo que represento. Lo que rechazo son los papeles de latina que no tienen nada que aportar y que destacan características que no son necesariamente las que representan a la comunidad latina”.

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