La tregua se está cumpliendo en todo el país, pese a pequeñas violaciones en las provincias de Taiz, Hajja y Mareb, según han indicado a Reuters responsables locales y residentes.
"Ha sido una noche tranquila. Dormimos sin explosiones", ha contado Bassam un trabajador de una tienda en Saná. "Esperamos que esta guerra termine pronto porque la gente está cansada. Queremos vivir, no morir", ha añadido.
Naciones Unidas anunció el alto el fuego entre las facciones enfrentadas a principios de semana y de respetarse, cabe la posibilidad de que la tregua sea ampliada.
La coalición liderada por arabia Saudí ha llevado a cabo bombardeos aéreos en Saná cada noche desde el 7 de agosto, según los residentes, comenzando después de que las conversaciones de paz con los huthis, respaldados por Irán, y las fuerzas leales al expresidente Alí Abdulá Salé fracasaran.
Varios alto el fuego anteriores no han conseguido allanar el camino para el final del conflicto, que ha dejado ya al menos 10.000 muertos desde marzo de 2015. Las agencias humanitarias esperan aprovechar la tregua para llevar ayuda a personas que llevan meses sin recibirla.
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