"A mí lo primero que me amenazan es con quitarme a mis hijos"

  • Madrid.- Para hacerla callar y que no persistiera en sus denuncias contra un jefe paramilitar que había ordenado atentar contra su organización, a Gloria Amparo Suárez, defensora de los derechos humanos en Colombia, le amenazaron con quitarle a sus hijos.

Activistas en Latinoamérica sufren una violencia específica por ser mujeres
Activistas en Latinoamérica sufren una violencia específica por ser mujeres

Madrid.- Para hacerla callar y que no persistiera en sus denuncias contra un jefe paramilitar que había ordenado atentar contra su organización, a Gloria Amparo Suárez, defensora de los derechos humanos en Colombia, le amenazaron con quitarle a sus hijos.

Fue hace algo más de diez años. "Cuando me los amenazaron tenían 5 y 6 años. En estos momentos ya están de 16 y 17 años", contó hoy la activista a Efe en Madrid, donde participó en un seminario internacional sobre defensoras de derechos humanos bajo amenaza en América Latina.

"Por ser defensora de los derechos humanos, por ser parte de una organización y ante una denuncia que hicimos de un atentado que nos hizo un paramilitar, lo que me dicen es: 'Si sigue hablando y si sigue denunciando, le vamos a quitar a sus dos hijos'", rememoró Suárez, miembro del equipo de dirección de la Organización Femenina Popular (OFP).

Y aquella amenaza marcó para siempre su vida familiar. "A mí esto ¿qué me significó? A mí me tocó aislarme de mis hijos, viviendo en la misma casa. Yo no podía salir a la calle con ellos. Yo no podía ir a sus reuniones de colegio. Yo no podía ir a un partido de fútbol o a un parque", añadió la mujer.

Y así "durante mucho tiempo", ante "el miedo y el temor" constantes de que los vieran cerca de ella, de que supieran que eran sus hijos, señaló la activista, originaria de la ciudad de Barrancabermeja, en la región del Magdalena Medio.

"Es un costo muy grande", aseguró Suárez, que destacó que su caso es un ejemplo de cómo la forma en que se ataca a los hombres trabajan como defensores de los derechos humanos es distinta de la forma en que se ataca a sus compañeras de lucha.

A los hombres "siempre buscan acallarlos bien sea por el medio de matarlos", expulsarlos de la región o denunciarlos judicialmente. "A las/ mujeres, para presionarnos más, para callarnos, nos utilizan nuestros hijos", explicó.

La activista, que se sabe una afortunada por haber contado "con la suerte" de un marido y unos hijos que han ido asimilando las opciones que ha ido tomando, hizo hincapié en que eso no siempre es así y que, en un país "patriarcal" como Colombia, las mujeres defensoras de los derechos humanos se enfrenta al estigma social y familiar.

"El que a un hombre se le amenace por sus opciones, por su decisión de defender la vida, como que lo entiende la sociedad y no es tan señalado. Pero que una familia se vea amenazada por las decisiones de una mujer, eso no se acepta ni se entiende. Hay un cuestionamiento: "Es mala madre, es mala mujer... ¿cómo se le ocurre?", indicó.

"No es nada fácil ser defensora de los derechos humanos. No es nada fácil serlo en nuestro país, no es nada fácil serlo en nuestra región, pero también ha tenido sus gratificaciones y pienso que lo tenemos que seguir haciendo. Hemos salvado muchas vidas, hemos logrado visibilizar la situación de las mujeres desplazadas víctimas de la violencia", subrayó.

Suárez cuenta con quince años de experiencia trabajando por la defensa integral de los derechos humanos y de las mujeres, brindando acompañamiento y apoyo en la creación de los grupos de base en Colombia y también en la formación y capacitación de los mismos en temas de género, derechos humanos, civiles y políticos.

Su organización también forma parte del movimiento social de mujeres en Colombia por la paz, bajo el lema "Las mujeres no parimos ni forjamos hijos para la guerra".

Emilia Pérez

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