Activista jordana: "Confío más en el Rey que en los otros poderes"

  • Asma Khader es abogada y líder de las activistas por los derechos de las mujeres en Jordania. Para ellas pide mejoras como una mayor protección ante los llamados "crímenes de honor", que se reconozca explícitamente su igualdad de condiciones en la Constitución o que sus hijos puedan heredar la nacionalidad jordana aunque las madres se casen con un extranjero.

Asma Khader, abogada y activista jordana
Asma Khader, abogada y activista jordana

Las protestas en Jordania han sido menos sonadas que otras como las de Bahréin o Yemen. Quizá porque el Rey Abdalá desde el principio prometió reformas políticas y mejoras en los salarios. Tal vez porque las manifestaciones en este país arábigo no están sometidas a las restricciones que hay en otros sitios.

"La Constitución de Jordania es una de las mejores de la región, con separación de poderes. Hacen falta enmiendas, pero el Rey [Abdalá] ha dicho claramente que pondrá en práctica las que presentemos", argumenta la activista por los derechos de la mujer y miembro del Comité Nacional para el Diálogo creado hace un mes, Asma Khader.

"Confío en lo que dice el Rey, pero no en los poderes que no quieren ver estos cambios. El pueblo es nuestra otra garantía, porque se está moviendo".

Khader es abogada y lleva toda su vida dedicada al activismo por los derechos humanos, especialmente los de las mujeres. Precisamente por eso, explica, decidió aceptar el cargo de ministra de Cultura en 2004.

En teoría era un Ejecutivo con planes de reformas, pero al final quedó en nada y en 2005 lo dejó. "La forma en la que trabajan los partidos políticos en Jordania y en toda la región es patriarcal y con ideales anti democráticos. La oposición también existe desde hace más de cuarenta años aquí, pero hace falta una nueva mentalidad", explica.

Khader, que ha estado esta semana en España invitada por la Casa Árabe, dice que la solución pasa por que las mujeres y los jóvenes se organicen políticamente: "Lo que más necesitamos es incluir a las mujeres y a los jóvenes, porque son la verdadera fuerza del cambio y la mayoría de la población: las personas menores de 30 años conforman el 70 por ciento y la mitad de la población son mujeres".

Dice que ahora en Jordania solo están "practicando la democracia" y apunta a una división real de poderes que nada tienen que ver con los principios de Montesquieu. En este país la división de los tres poderes en la práctica se reduce a un sistema tribal, el poder religioso (reflejado en un partido político) y el militar, denuncia Khader.

"Lo que necesitamos ahora es atrapar el momento y aprovecharlo. No debemos esperar más. En dos meses más espero que ya tengamos una nueva ley electoral y de partidos que permita construir este tipo de plataformas políticas".

Esta jurista jordana negocia en el Comité Nacional que evalúa las posibles enmiendas a la Constitución como representante oficial de todas las organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres en su país. Los principales cambios que piden son muy concretos: incrementar la presencia mínima de las mujeres a un 30 por ciento en todos los organismosadoptar leyes para evitar la discriminación de la mujer, especialmente en lo que se refiere a la jubilación y la entrada de la mujer en el mercado laboralpermitir que los hijos de mujeres jordanas casadas con un extranjero puedan obtener la nacionalidad jordana (ahora no pueden, pero sí si es la mujer la extranjera)adoptar medidas para proteger a la mujer de la violencia de género, especialmente en el Código Penal.



"Una condena a cadena perpetua puede reducirse a solo un año de cárcel si mitigan la condena porque consideren que el crimen se ha cometido bajo "efecto de furia" [el equivalente a una enajenación transitoria]. Pero no puedes argumentar que actuaste bajo 'efecto de furia' si hace dos meses que sabías que [la mujer en cuestión: tu hija, mujer o pareja] estaba embarazada", apunta Khader. Por eso, la Comisión Nacional de Mujeres pide una condena mínima de siete años si hay asesinato y cinco años en otros casos.

Khader confía plenamente en los reyes. De hecho, las protestas del país no van contra la monarquía, sino contra la falta de democracia y, sí, a favor de reducir los poderes ejecutivos del Rey.

"La reina nos llamó y dijo que estaba muy satisfecha con estas recomendaciones. El problema es que los poderes tradicionales son muy fuertes y pueden convocar manifestaciones en contra de lo que consideran 'valores de Occidente' y contrarios al Islam".

¿Quiere decir que los reyes de Jordania están más abiertos al cambio que el Gobierno u otros poderes? "Sí." ¿Sin ninguna duda? "Sí, sí", insiste convencida.

"Es bueno tener un liderazgo como el del Rey y la Reina, que intentan apoyar nuestra postura. Pero no es suficiente sin el apoyo necesario por parte de la sociedad. Tenemos que reconstruir la confianza de los ciudadanos en su poder".

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