Las amenazas contra los medios de comunicación que satirizan el islam no son nuevas. En 2005 el imán del barrio de Norrebro de Copenhague, AhmadAbu Laban, inspiró los movimientos de protesta que sacudieron todo el mundo musulmán en noviembre de 2005. Su gira por los países árabes más relevantes en plena temporada de las peregrinaciones a La Meca sirvió para que millones de personassupieran que el diario Jyllands-Postenhabía publicado unos dibujos en los que se representaba a Mahoma, y que de otro modo habían pasado desapercibidos incluso para muchos de los lectores del periódico.
Durante esta peregrinación Abu Laban consiguió financiación para difundir su campaña contra estos medios. Volvió a Dinamarca y continuó con el acoso hacia los medios de comunicación, lo que despertó un serio debate respecto a los límites que los fundamentalistas pretendían ponerle a la libertad de expresión, símbolo de los países occidentales y democráticos. En el mundo árabe y los países fundamentalistas la prensa está sometida a los líderes religiosos.
"Integrarse totalmente (a la sociedad europea) es como si intentáramos meter a un hombre en una botella", señalóLabanen una entrevista al diario españolABCantes de morir en el año 2007. Y continuó: "La integración es comparable a una reacción química. Tienes un ácido y una base y de la mezcla se produce sal y agua. Las dos culturas deben definirse primero y luego será posible intentar que se produzca una reacción química y que se obtenga un resultado. Pero si no nos definimos primero unos y otros, intentarlo ahora es perder el tiempo".
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