Al menos 12 rebeldes han muerto y cinco han resultado heridos el miércoles en el bombardeo de un avión de la OTAN sobre la ciudad de Misrata, situada en el oeste de Libia, según ha informado la insurgencia al diario The New York Times.
En cambio, testigos citados por la cadena estadounidense CNN han señalado la existencia de once rebeldes muertos y dos heridos a causa de este ataque e incluso han asegurado que han visto los cadáveres.
Los rebeldes se han mostrado reacios a confirmar este ataque, ya que no quieren desalentar las intervenciones de la OTAN, que han aumentado en la última semana después de que los opositores se quejaran de la falta de apoyo en su defensa de Misrata.
Sin embargo, Abdulá Mohamed, uno de los mandos insurgentes, ha admitido estas bajas. Según su versión, los rebeldes se encontraban en una fábrica ubicada en la costa este de la ciudad, adonde las fuerzas gubernamentales intentan acceder desde hace un par de días.
Los opositores se asentaron en la fábrica el martes, informando de este movimiento a la OTAN, que a pesar del aviso ha bombardeado la zona. "Estábamos exactamente en el mismo sitio y nos han golpeado", ha dicho Mohamed, quien ha atribuido el error a la cercanía de las posiciones rebeldes y gubernamentales.
Esta no es la primera vez que la Alianza ataca a los insurgentes. A principios de este mes, admitió que algunos de sus aviones les bombardearon hasta dos veces, acabando con la vida de un decena de personas. No obstante, solo admitió el fallo tras el segundo ataque.
Hace semanas que las fuerzas de Gadafi asedian Misrata, último bastión rebelde del oeste del país. Sus residentes afrontan una grave crisis humanitaria por la escasez de alimentos y medicinas, mientras viven expuestos a los bombardeos y a los disparos de francotiradores.
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